Las pensiones exigen más ingresos públicos

Jubilados. / Alexander Kliem en Pixabay
Jubilados. / Alexander Kliem en Pixabay

O España se industrializa y aumenta la productividad o seguirá dando palos de ciego, porque los problemas de las pensiones y de la sanidad requieren más ingresos y eso solo se consigue con más riqueza.

Las pensiones exigen más ingresos públicos

Presionado por la oposición y algunos servicios de estudios, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, replica que “los críticos con la reforma de las pensiones llevan 20 años equivocándose”. También se aferra a sus cambios en el sistema de pensiones para garantizar la sostenibilidad. El PP se opone a sus planes, pero el trámite del Congreso pinta bien, ya que la mayoría que apoya al Gobierno garantiza su voto frente a la oposición de los partidos de derecha. El PP lo tiene claro: votará no a la reforma de las pensiones y Alberto Núñez Feijóo derogará el decreto si gobierna.

El Gobierno ha reconocido algo que es evidente, pero que no todo el mundo quiere tener claro: España –vista en el contexto europeo– no tiene un problema de gasto en pensiones, sino que tiene un problema de ingresos para financiar el sistema que gestiona la Seguridad Social. Nada muy distinto de lo que pasa en la sanidad y, en general, en su economía pública, ya que –también en contra de lo que alguna gente cree– el gran problema de España es de ingresos en el conjunto de su sistema fiscal.

¿Cuál es la razón entonces para que otros socios europeos no tengan tantos problemas? Más que una razón, hay varias, pero si hubiera que resumirlo la clave está en su PIB y en su productividad. España no es un país tan rico como Alemania o Francia, ni en cifras absolutas ni relativas. Ni siquiera es equiparable a Italia, por mucho que los italianos deban bastante más dinero. Y no lo es porque su economía no está tan industrializada, de ahí que tenga también un elevado paro estructural, ya que su economía de servicios –frágil– es menos regular y más estacional.

A partir de esta realidad, los debates populistas que crean ensoñaciones, como si el dinero naciera en las ramas de los árboles, conducen a la melancolía. Pero, como en todo, hay excepciones. Es decir, hay cosas que tienen arreglo, sin crecer más ni elevar la productividad del país.

¿Puede España ingresar más con el mismo PIB? Sí. Bastaría con reducir el fraude fiscal, que en otros países europeos es inferior. Es más, también podría tener ingresos adicionales con una fiscalidad ambiental más eficiente y una reducción de las deducciones, exenciones y bonificaciones fiscales en varios impuestos; sobre todo en los de sociedades y renta.

Estaría bien que antes de afrontarse debates como los de las pensiones y la sanidad se empezara esa gran casa social por sus cimientos. Al menos con dos objetivos: 1) que la ciudadanía sepa –de verdad, sin falsedades– en que país vive, y 2) que todo esto no va de siglas, sino de un pacto social.

¿Quiere eso decir que la reforma de las pensiones de este Gobierno está mal enfocada? No. Puede estar bien intencionada, pero no estar fundamentada, de ahí precisamente que se hable de un ajuste automático de las pensiones si se desvía el gasto, a modo de venda antes de la herida. Es lo que explica también que el Gobierno haya pactado con Bruselas que cada tres años sea necesario revisar las cotizaciones o hacer recortes en el coste del sistema. Están dando una patada hacia delante.

Si España quiere dotarse de políticas sociales al nivel de Alemania o Francia deberá ingresar más, pero de verdad, no mediante las cuentas de la lechera. No hay atajos para homologarse con los socios ricos de la eurozona. La reforma de las pensiones –sin duda interesante– sería más creíble si se afronta el fraude, la fiscalidad ambiental y las deducciones y, a la vez, se aumenta la productividad y se reduce el paro.

Sin cambios –de fondo– en el modelo productivo, sin más industria y sin un pacto de rentas, el castillo de naipes se vendrá abajo. Este Gobierno tiene a veces buenas intenciones, pero adolece de consistencia, que es algo que no se suple con audaces relatos. Un acuerdo sobre las pensiones debe ser eso: un gran pacto social –incluyendo a la Oposición–, pero no una baza para intentar revitalizar la ahora frágil coalición del PSOE y Unidas Podemos. @J_L_Gomez


El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. / eleconomista.es
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. / eleconomista.es

AL ALZA

Las cotizaciones

Hay tres medidas para incrementar los ingresos de la Seguridad Social: 1) la subida de las bases máximas de cotización –4.495 euros mensuales en 2023– de 2024 a 2050, añadiendo al IPC una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales, 2) una cuota de solidaridad a los salarios más altos del 1% en 2025, que subirá 0,25 puntos al año hasta el 6% en 2045, y 3) un refuerzo del mecanismo de equidad intergeneracional: de 0,6 puntos llegará hasta 1,2 en 2050, al ritmo de una décima al año.

A LA BAJA

El consenso

Mientras la patronal CEOE muestra su “frontal oposición” a la reforma de pensiones y acusa al Gobierno de Pedro Sánchez de “voracidad recaudatoria”, los dos grandes sindicatos –UGT y CC OO– valoran “positivamente” la propuesta, si bien alertan de que hay “flecos por pulir”. El PP ya ha expresado la “preocupación” y el “temor” de su partido a que la reforma propuesta por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, pueda poner en riesgo las pensiones de los próximos años. @mundiario


Pedro Sánchez. / Mundiario
Pedro Sánchez. / Mundiario

PROTAGONISTAS

Pedro Sánchez

Presidente del Gobierno

La reforma de las pensiones elevará el gasto hasta el 15% del PIB, tres puntos más que actualmente. Sus cálculos pasan por un aumento de los ingresos de 15.000 millones de euros al año y un incremento del gasto de 2.500 millones de euros.

Antonio Garamendi

Presidente de la CEOE

Rechaza la reforma de las pensiones del Gobierno. Teme que la subida generalizada de cotizaciones mermará los salarios e incrementará los costes laborales, poniendo en peligro el empleo. Es un criterio compartido con Cepyme y ATA.

Pepe Álvarez

Secretario general de UGT

Su valoración de la reforma de las pensiones es positiva al estar basada en el refuerzo de los ingresos del sistema, con garantías sobre la suficiencia y la sostenibilidad del propio sistema de pensiones. Advierte de que quedan algunas “cosas por pulir”.

Unai Sordo

Secretario general de CC OO

Admite que la propuesta de reforma de las pensiones que hay sobre la mesa por parte del Gobierno de coalición responde “bastante bien” al planteamiento que venían haciendo los sindicatos. Su central firmó un comunicado conjunto con UGT. @mundiario

 

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