Nos están vendiendo basura

Lema reivindicativo.
Lema reivindicativo.
Pocas personas cumplen los requisitos de una vida de cine, sino que, muy al contrario, miran películas en la intimidad para evitar tener vida propia. / Relato literario.
Nos están vendiendo basura

El mercado cultural está especializado, masificado, desbordado y pauperizado, puesto que la demanda es tal que la industria perdió la cultura: lo que leemos, vemos y oímos es un mejunje de motivos esterilizados sin fuente ni criterio.

Desde que la cultura se ha popularizado, el artista perdió su personalidad; la originalidad o la vanguardia, hoy en día, son réplicas de tiempos pasados. El arte no avanza, sino que se propaga.

¿Cómo acogen las masas civiles la proyección cultural? Valiéndose de ella para la fiesta pagana y las parodias nacionales. En la ciencia, también, emergen tópicos y prejuicios que se adhieren al sentir popular para combatir el miedo al cambio. La sociedad no evoluciona, solo se enriquece por arte de magia. Rescatando la etimología, no olvidemos que antaño el "talento" era una moneda, lo cual, a pesar del ¿progreso?, vuelve a los medios de comunicación donde se suministra el pan y circo (oséase la alienación).

Los artistas son idiotizados por el periodismo como los fascistas parodiaban a los vencidos, los inquisidores torturaban a los místicos o los descubridores exponían en museos a las mujeres esclavizadas. Es decir, que los poderosos, desgastados humanamente por las generaciones, señalan al diferente cuando es novodoso y lo eliminan cuando es victorioso (apropiándose y malformando su creación), de modo que toman a la Biblia por ley por encima de todo escrito y a la crucifixión por encima de cada injusticia.

El patriarcado es cada vez más dañino, al igual que cada vez son declarados más locos en un Occidente en donde la libertad es regia y el arte una leyenda enlatada.

El cine, nuestro séptimo arte, ha devenido un arma de manipulación que atenta contra nuestros principios sentenciando las conductas humanas a una ficción y la valentía a los personajes irreales.

La sociedad, en vez de instruírse del cine, es empaquetada en múltiples escenas que delatan falsedad. Pocas personas cumplen los requisitos de una vida de cine, sino que, muy al contrario, miran películas en la intimidad para evitar tener vida propia (puesto que una persona que viva en libertad será noticia del telediario). @mundiario
  

Comentarios