Una mejoría progresiva y continua del índice de accesibilidad influye en la localización industrial

Oficinas de empresas. / PIxabay
Oficinas de empresas. / PIxabay
Esta serie de artículos para la edición Corredor Atlántico de MUNDIARIO desmenuza los elementos que sirven para evaluar las inversiones. / Análisis del marco teórico sobre la localización y las actividades.
Una mejoría progresiva y continua del índice de accesibilidad influye en la localización industrial

Los primeros trabajos sobre la localización industrial tienen su origen en los planteamientos de Von Thünen (1826), que consideraba el coste de transporte, la concentración de la actividad económica, los puntos de consumo y el suministro de materias primas, como variables principales de cara a la comprensión de los fenómenos de ubicación de empresas. Dicha teoría fue desarrollada progresivamente por Marshall (1920); Weber (1929), Christaller (1933) y Lösch (1940) que, progresivamente, fueron sugiriendo cambios notables a la hora de determinar cuales constituían las variables claves y las ponderaciones relevantes a la hora de poder seleccionar una ubicación industrial.

Más tarde, la Nueva Geografía Económica determina el potencial de mercado y las teorías de los lugares centrales. Desarrollada por Christaller- Lösch, nos facilita la comprensión de nuevos planteamientos. Se considera que el potencial del mercado de una empresa depende de su acceso a los mercados; y es inversamente proporcional a la distancia. Por tanto, la ubicación de una empresa dependerá de la interacción resultante de los rendimientos crecientes, del coste de transporte y de la función de demanda. Dicho de otra forma, las empresas elegirán su localización en función de aquel lugar que permita lograr una disminución de los costes de transportes, estar próximas a los mercados relevantes y con posibilidades de crecimiento, apuntaba Paul Krugman (1998), en su célebre trabajo Geografía y Comercio. Es decir, el punto idóneo de localización es aquel en el que ninguna empresa debe verse estimulada a cambiar de localización, puesto que, si hubiera una nueva opción, la unidad productiva apostaría por un nuevo emplazamiento.

Así las cosas, los factores que influyen en las pautas de localización serían: a) mano de obra disponible y sus costes; b) oportunidades de mercado; c) impuestos y ayudas; d) infraestructuras; e) accesibilidad del transporte y espacio; f) competencia entre empresas; g) decisiones personales.

Siguiendo a Fujita & Tisse (1999), la teoría de la localización busca el emplazamiento optimo, donde lograr el mayor beneficio y dadas las fuerzas de aglomeración (centrifugas y centrípetas) poder garantizar el mejor equilibrio general. En lo que respecta a las fuerzas centrípetas señalamos las economías de escala, los costes de transportes, el efecto del tamaño del mercado, y los accesos a los mercados y productos. Y, en lo que hace referencia a las fuerzas centrífugas, situamos las des-economías externas, la competencia, la contaminación, los precios y el coste de la mano de obra.

Desarrollando un poco más y de manera más sencilla los modelos de localización tendríamos que los beneficios esperados por una empresa vendrían dados por una ecuación donde se miden los índices regionales y municipales de la región; el tamaño de mercado; los ingresos medios; el coste de transporte entre los puntos; los costes variables de producción; el precio de los factores primarios; el coste promedio de los insumos intermedios; el coste de venta; los costes de trasporte de entrada, y los costes fijos de las empresa. Con estas variables es posible determinar el total de empresas instaladas en un municipio o áreas, pues vendría determinada por la intersección de la demanda y las curvas de ofertas sobre los beneficios locales esperados por la empresa y el número de espacios centrales (Ríos & Obregón, 2017).

De esta forma, cada empresa decide el lugar de su implantación que le permita maximizar su beneficio o incrementar su potencial de mercado. Y  una forma de explicarlo de manera esquemática la reflejamos en este cuadro en el que determinamos los distintos ejes y sub-ejes relativos al emplazamiento de las empresas.

Esquema de emplazamiento de empresas

Fuente: Elaboración personal. / Mundiario
Fuente: Elaboración personal. / Mundiario

Tanto los estudios sobre los emplazamientos industriales como los relativos a la atractividad territorial han ido mostrando el hecho de como una mejoría progresiva y continua del índice de accesibilidad influye en la localización industrial. Holl (2004) expone que la accesibilidad contribuye a incrementar los beneficios para un espacio, dado que incrementa su acceso a los mercados externos; por lo que siguiendo a Harris (1954), la función de accesibilidad al mercado está relacionada con el potencial de demanda para los bienes productivos en el área (áreas) que resulta de la suma de mercado des resto de las áreas dividido entre sus distancias. De esta forma, se insiste en el efecto distancia. Es lo mismo que decir, a mayor tiempo de viaje, disminuye el potencial.

En suma, la accesibilidad depende del tamaño del mercado y de la distancia más corta desde cada uno de los municipios del área. No cabe duda alguna de que en el caso que nos ocupa debemos de tener en consideración tanto las características del espacio (geomorfología, territorio, clima y abundancia y disponibilidad de los recursos naturales); como las actividades económicas existentes (primarias, secundarias y terciarias). @mundiario

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