Formoso, a la espera de acontecimientos

Valentín González Formoso y José Manuel Lage Tuñas. / PSdeG
Valentín González Formoso y José Manuel Lage Tuñas.

El culebrón alimentó la tesis de quienes sostienen que Formoso no está del todo cómodo al frente del Pesedegá y que no quiere enfrentarse a Rueda y Pontón cuando llegué el momento.

Formoso, a la espera de acontecimientos

En realidad solo deshojó media margarita. O quizá ni eso. El anuncio por parte de Valentín González Formoso de que optará a un nuevo mandato como alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña no ha sorprendido a nadie. Aunque se hizo esperar, todo el muendo lo daba por hecho, al tiempo que extendía el convencimiento de que no desvelaría si tiene interés o no en ser el próximo candidato del PSOE a la Xunta. En eso prefiere mantener la incógnita a la espera de acontecimientos. Falta un año y pico para las elecciones autonómicas, un mundo en política.

Entre tanto él, como líder en Galicia, y su partido han de enfrentarse a dos duros test electorales: las municipales de mayo y las generales cuando toquen. Las perspectivas son poco tranquilizadoras, en tanto todo apunta a que en ambos casos el Pesedegá verá seriamente erosionados sus apoyos en las urnas con la consiguiente pérdida de parte de su poder local y la posible caída de Pedro Sánchez y del gobierno amigo en Madrid.  

No lo niegan ni algunos de sus colaboradores más cercanos de Formoso. El PSOE gallego padece una evidente crisis de liderazgo, de la que el propio secretario general y su equipo son en buena parte responsables y de la que desde luego no pueden culpar al sector crítico, aunque no haya remado a favor desde que la embarcación cambió de patrón. Ya quisieran los "gonzalistas" ser capaces de poner en jaque por sus propios medios al líder con el que no comulgan. Hasta ahí no llegan. Fueron Don Valentín y su segundo, José Manuel Lage, quienes abrieron prematura e innecesariamente el melón de la candidatura a la presidencia de la Xunta, poniéndola a disposición de José Ramón Gómez Besteiro, una vez quedó libre de imputaciones judiciales. El culebrón alimentó la tesis de quienes sostienen que Formoso no está del todo cómodo al frente del Pesedegá y que no quiere enfrentarse a Rueda y Pontón cuando llegué el momento.

Decida o no ser cabeza de cartel en las elecciones autonómicas de 2024, seguir siendo alcalde y presidente de Diputación permitiría a Formoso ocupar despacho oficial desde el que mantener una mínima visibilidad a la vez que  consolidar su imagen de político gestor. Si revalida los cargos –lo que en el caso de la alcaldía está fuera de duda– podrá apuntarse su parte del éxito en la revolución industrial que para la comarca de As Pontes supondrá la implantación de una fábrica de papel tisú, una factoría de neumáticos y la planta de hidrógeno. Se trata de proyectos considerados estratégicos para el conjunto de Galicia, con una inversión millonaria y la creación de varios miles de empleos y con capacidad para atraer nuevas iniciativas empresariales con las que modernizar la estructura económica de la comunidad. 

Sostiene Formoso que tanto Ferraz como La Moncloa dan por buena su decisión, principalmente porque no supone cambio alguno respecto a la situación actual. Seguirá como hasta ahora compatibilizando las responsabilidades institucionales y orgánicas a base de un sobreesfuerzo personal y el sacrificio de la vida familiar, y repartiendo juego con sus equipos de confianza. No será hasta dentro de un año más o menos cuando tenga que deshojar del todo la margarita, dado que los alcaldes y presidentes de diputación son inelegibles como diputados autonómicos.

Ahora bien, en la actual dirección del Pesedegá más de uno parece convencido de que la flor seguirá intacta porque para entonces el actual secretario general ya tendrá resuelto el dilema de ser o no ser el candidato a la Xunta. Confían en que Besteiro le habrá sacado del atolladero dando un paso al frente. O que aparezca otro aspirante, alguien que tenga poco o nada que perder, un Leicega dispuesto a sacrificarse por el partido. Y por Formoso, claro. @mundiario

  

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