¿Cuánto nos cuesta el turismo chino?

Viajeros chinos. / RR SS.
Viajeros chinos. / RR SS.
Si alcanzamos los dos millones de turistas chinos, cifra nada utópica si se trabaja con eficiencia empresarial, el ingreso sería de 5.126 millones, que irían a las arcas de las empresas relacionadas con el turismo.
¿Cuánto nos cuesta el turismo chino?

El año anterior a la pandemia salieron de China algo más de 140 millones de turistas: fue el país, con gran diferencia, de mayor emisión de turistas internacionales; en cuanto a turismo interior, la cifra de desplazamientos domésticos rondó los 9.000 millones. Estamos, pues, ante un país que rompe, también en esto, todos los esquemas y ratios internacionales, con fuerte tendencia a crecer cado año. Hablar, por tanto, del turismo chino es algo muy serio, de gran interés para cualquier país y, mucho más para España, que tiene en el turismo su principal industria y es en este sector una de las primeras potencias mundiales.

La superación del covid en China ha provocado un aluvión de solicitudes de viajes: se calcula que podrían salir este año de China 170 millones de turistas internacionales, dado el alto poder adquisitivo (más de 600 millones con un poder adquisitivo mayor que la media española) y, dado también el ahorro que ha supuesto no haber podido viajar en estos años de pandemia. Estas circunstancias que provocan ahora una mayor demanda, como está ocurriendo en muchos países, incluido el nuestro, pero en cifras mucho más espectaculares, en el caso de China.

El turista chino, por otra parte, es el que más gasta en sus viajes internacionales: en España, una media de 2.563€/ persona con una media de 9 días de estancia, según datos del INE de 2018. Con la ventaja añadida de que no es un turista de sol y playa, sino un turista urbano, de museos, de monumentos, de naturaleza…y ¡de compras! (no son pocos los grandes almacenes españoles que tienen en plantilla a personal chino para atender a sus compatriotas en España).

¿Cuántos turistas chinos, de esos 170 millones, nos visitarán este año?

Lamentablemente, no se ha elaborado ninguna estrategia comercial para atraer al turista chino a nuestro país, ni por parte de las administraciones públicas, ni de las organizaciones empresariales, ni de nuestros operadores turísticos. Y, también lamentablemente, esto nos ocurre en cualquier otro sector: no hemos dado aún el salto a elaborar planes estratégicos en nuestras relaciones con China, a cinco-diez años vista, es decir, a medio largo plazo.

Pero lo más grave es que, como no teníamos prevista esta demanda, en nuestros consulados se está produciendo una lentitud y un retraso en la concesión de visados turísticos, que dañan gravemente nuestros intereses como país. Según nuestras noticias, hay colas agobiantes en nuestros consulados, ¡se están dando citas para la solicitud de visado para el mes de agosto, incluso de septiembre!

¿Cómo se puede entender o tolerar esto?

La explicación es doble: “no tenemos personal suficiente para atender esta demanda” o: “el servicio de tramitación de visados está subcontratado a una empresa que no alcanza a atender la demanda”.

Parece una explicación razonable, aunque incomprensible desde un punto de vista económico y político. Estamos perdiendo muchos turistas que, cansados de la dilación, se van a otros países Schengen, o a países asiáticos sin tanto problema. ¡Y estamos perdiendo prestigio como país!

Es justo e imprescindible preguntarnos: ¿Por qué tanta imprevisión? ¿Por qué no hay capacidad de reacción para encontrar una solución? ¿Por qué tanta demora en poner un sello de visado en los pasaportes chinos?

Hemos perdido ya cuatro meses de este año clave para dar un salto en el incremento de turistas chinos a España. ¡Y estamos celebrando el cincuentenario de las relaciones España-China con gran satisfacción por nuestras muy positivas relaciones! ¡Y estamos en el año que hemos proclamado oficialmente como el año de España – China con especial atención a nuestros intercambios comerciales y turísticos!     

¡Todo parecería una ironía, si no fuera una triste realidad!

¿Cabe todavía una solución para este año y para el futuro?

Haciendo un cálculo económico

Una propuesta muy simple, que, para muchos, quizá parezca simplista, o utópica:

Contratemos 20 personas en cada uno de nuestros consulados de Pekín, Shanghai y Cantón, y cinco en el de Hong Kong por su menor población. Eso podría tener un coste de 1.560.000 euros, a razón de sueldos de 2.000 eu/mes. Es de suponer que nuestra Embajada no tiene presupuesto para ello. Pues pidamos un crédito, que, al 8%, elevaría el coste total a 1.684.800 euros.

Si con eso facilitamos la llegada a España, en lo que queda de año, a un millón de turistas chinos, con un gasto medio, como hemos visto, de 2.563 en una estancia media de 9 días, nos daría un ingreso de 2.563 millones de euros. Y si alcanzamos los dos millones de turistas chinos, cifra nada utópica si se trabaja con eficiencia empresarial, ¡el ingreso sería de 5.126 millones, que irían a las arcas de las empresas turísticas, de transporte, restauración, hoteles, museos y grandes almacenes que se benefician de la alta capacidad de compra de artículos de lujo de nuestros visitantes chinos… Y, también, a engrosar las arcas de Hacienda, ¡muy por encima de los dos millones escasos que nos habríamos gastado en contratar 65 personas más en nuestros consulados!

¿No sería una inversión altamente rentable?

Y, de paso, este resultado económico contribuiría eficazmente a superar el desequilibrio endémico de nuestra balanza comercial: compramos seis veces más de lo que vendemos a China, problema que arrastramos año tras año.

Y, además, si damos ese salto en el número de turistas chinos que nos visitan, si somos capaces de atenderles adecuadamente, adaptándonos a sus hábitos, su gastronomía y costumbres, cada turista chino se convertirá en un embajador de nuestro país en muchos rincones de China.

¿No es una inversión altamente rentable?

¡Pero la Administración no puede trabajar así!, se nos dice.

¿No estamos en el siglo XXI? ¿Es que estamos condenados a este cuello de botella para siempre? ¿No hay forma de adaptarnos a los ritmos de este siglo?

Hagamos un cálculo político

Tenemos muchas razones para celebrar nuestras muy positivas relaciones políticas con China, sin duda. Y será una razón añadida el superar de raíz este problema de los visados, que nos da una imagen muy pobre como país y nos resta credibilidad para nuestra actividad comercial, tecnológica o inversora. Estoy seguro de ello porque lo he sufrido mucho como empresario en estos últimos decenios, pues, lamentablemente, este problema viene de lejos.  

Pero nos cabe la esperanza (¿o la utopía?) de que la enorme oportunidad que nos ofrece el fin de la pandemia, del cincuentenario y del año de España y China mueva voluntades políticas y se solucione para siempre este problema. @mundiario

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