¿Cómo deberían presentarse estratégicamente las izquierdas al 23-J?

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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, presidente y vicepresidenta segunda de Gobiero respectivamente. / RR SS.

La izquierda española podrá maximizar sus resultados el 23-J en función de cómo y dónde se presente, pues el sistema electoral español no es plenamente proporcional.

¿Cómo deberían presentarse estratégicamente las izquierdas al 23-J?

El 23 de julio de 2023 tendrán lugar las decimoséptimas elecciones al Congreso de los Diputados. Nuestros dirigentes establecieron entre 1978 (promulgación de la Constitución) y 1985 (entrada en vigor de la LOREG) un sistema electoral semiproporcional. Este se caracteriza, en cuanto a elección de representantes de la Cámara Baja (cuyos miembros eligen al Presidente del Gobierno), por la distribución en cincuenta circunscripciones provinciales más las dos Ciudades Autónomas: Ceuta y Melilla. Por tanto, los partidos favorecidos son aquellos concentrados territorialmente, así como los mayoritarios en el conjunto del país. A ello se suma como obstáculo a la plena justicia aritmética la barrera del 3%. No obstante, la Ley d’ Hont, reconocida por la LOREG, asigna escaños de forma proporcional. Pero en su conjunto el sistema electoral español no hace valer el principio “un ciudadano, un voto”, ya que según la provincia el escaño es más o menos caro.

Partiendo de estas reglas de juego, PSOE, Sumar y Podemos deben acertar estratégicamente para hacer revalidar el actual Gobierno entre socialdemócratas, ecosocialistas y neocomunistas. A mi modo de ver, las enormes diferencias personales entre Podemos y Sumar más la impopularidad de Podemos y del Ministerio de Igualdad de Montero hacen ineficiente un posible acuerdo Sumar-Podemos. Por su parte, el PSOE se encuentra más a la derecha que las otras dos organizaciones, por lo que sería ilógica la existencia de una coalición con cualquiera de las otras dos.

¿Deben ir entonces estratégicamente separados los tres? Sí, pero con un matiz muy importante: valorar dónde presentarse o no según el tipo de provincia para evitar tirar hasta el último voto. En este sentido, debemos establecer una serie de tipologías de circunscripción:

1. Circunscripciones de tipo 1: Madrid y Barcelona. Obtener un 3% de voto aquí asegura el escaño. Por tanto, podrían competir eficientemente las tres fuerzas de izquierda a la vez.

2. Circunscripciones de tipo 2: A Coruña, Pontevedra, Asturias, Bizkaia, Araba, Gipuzkoa, Nafarroa, Zaragoza, Lleida, Girona, Tarragona, Castelló, València, Alacant, Murcia, Málaga, Sevilla, Las Palmas y Tenerife. Todas ellas tienen un nivel demográfico mediano y la mayoría son progresistas. Lo lógico aquí sería una competición PSOE vs Sumar y que los morados no se presenten: tres listas del mismo bloque resultarían devastadoras en estos lugares.

3. Circunscripciones de tipo 3: Ourense, Lugo, Cantabria, La Rioja, León, Zamora, Salamanca, Valladolid, Palencia, Burgos, Segovia, Ávila, Soria, Huesca, Teruel, Illes Balears, Cáceres, Badajoz, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Albacete, Huelva, Cádiz, Córdoba, Jaén, Granada, Almería, Ceuta y Melilla. Se trata de territorios que reparten pocos escaños y que son conservadores en su mayoría. Por tanto, lo sensato en estos lugares, en términos de eficiencia electoral, sería que solamente se presentase el PSOE para así maximizar el voto del bloque de izquierdas.

Por tanto, Podemos solamente podría optar a escaño en un máximo de dos provincias. Su situación financiera ruinosa tras el 28-M, el derribo mediático y el descrédito obtenido tras la promulgación de diversas medidas impopulares y declaraciones controvertidas derivadas del “wokismo” ideológico han destrozado sociopolíticamente a esta formación.

Por su parte, Sumar estaría en condiciones realistas de obtener escaño en veintiún provincias, mientras que el PSOE lo estaría en todas.

Para terminar, en el momento de redactar este artículo no sabemos qué ocurrirá respecto a la relación Sumar-Podemos. Lo que sí es cierto es que una absorción “en falso” de Podemos por parte de los yolandistas (sin solventar las disputas internas y poniendo de cabezas de lista a figuras tan impopulares como Irene Montero o Ángela Rodríguez) o una competición a tres en las cincuenta y dos circunscripciones sería ponerle en bandeja la victoria a la derecha. @mundiario

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