Los candidatos nos están empalagando con mensajes que son una sarta de mentiras

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / Fernando Calvo, de Pool Moncloa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Helsinki, Finlandia. / Pool Moncloa / Fernando Calvo. Helsinki (Finlandia)

Tengo por norma no dar consejos a nadie, pero si quieren mi parecer, sean incrédulos con las promesas de los políticos que no solo pierden el control verbal, pierden hasta la vergüenza. Pero se equivocan pensando que los ciudadanos somos tontos.

Los candidatos nos están empalagando con mensajes que son una sarta de mentiras

A estas alturas ya estamos hartos de mítines, de promesas y de mentiras, un hartazgo que el humorista Fernando Quesada expresó en esta viñeta genial: cuando llamó a la puerta del cielo un paisano, el mismo San Pedro le preguntó: “¿Qué prefires, o inferno ou dous meses mais de campaña electoral?”, y el compatriota le contestó sin dudar: “o inferno”.

Los excesos, incluso de los manjares exquisitos, cansan y en esta precampaña, que en sí misma es excesiva, los candidatos nos están empalagando con mensajes y “regalos” que, al final, son una sarta de mentiras.  

Llama la atención su facilidad para comprometer miles de millones en promesas sin una memoria económica que las sustente. Por ejemplo, en el baúl de Sumar la lideresa, disfrazada de Robin Hood, lleva una herencia universal de 20.000 euros para los jóvenes de 18 años, contratos indefinidos, prohibición de comprar una casa donde uno quiera, en la lógica de la economía de “planificación central”.

No le va a la zaga el presidente del gobierno que, en su papel de mago en el escenario de los mítines, sacó de la chistera 183.000 viviendas que, por cierto, carecen de respaldo económico en el programa 2023-2026 que el Gobierno acaba de enviar a Bruselas. Es decir, ni un euro en el plan de estabilidad para esas promociones. Pero como siga así,  acabará prometiendo hasta una segunda vivienda para los okupas. Su última promesa fueron 1.300 millones para crear 45.000 plazas de FP bilingüe.

¿Y esto quien lo paga?, preguntaría Josep Pla. Es preocupante que los que tienen responsabilidades de gobierno, como el señor Sánchez o la señora Díaz, participen en estas subastas que no tienen detrás un plan de acción, objetivos realizables y revisables y recursos económicos que las respalden.  

Claro que la credibilidad del presidente viene lastrada después de cinco años en el poder instalado en la mentira y en sus propias contradicciones -indultos a delincuentes, reforma del Código Penal, connivencia con independentistas y ex terroristas…-. Gran   parte de la sociedad ya lo percibe como un mentiroso compulsivo e incumplidor. Pregunten a los palmeros.  

Un apunte sobre la ley de Vivienda capitalizada por Bildu y ERC y pactada con toda la izquierda. Sorprenden el optimismo del presidente con esta ley que los expertos y el sector rechazan porque “legaliza” la okupación creando inseguridad jurídica. El Banco de España sostiene que disminuirá la oferta y tendrá el efecto contrario del que la propia ley pretende.

Tengo por norma no dar consejos a nadie, pero si quieren mi parecer, sean incrédulos con las promesas de los políticos que no solo pierden el control verbal, pierden hasta la vergüenza. Pero se equivocan pensando que los ciudadanos somos tontos. @mundiario

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