El Camino de Santiago y los Derechos Humanos
El Camino de Santiago es elemento de identidad y cohesión, también garantía de unión y de convivencia. Viene a ser también la Calle Mayor de Europa. De hecho, para Europa, el Camino de Santiago es un buen ejemplo a seguir y un denominador común entre las gentes y los pueblos del Viejo Continente.
Las ideas de progreso y esperanza son rasgos definitorios del Camino de Santiago, que ya en los siglos XI, XII y XIII unió el Occidente cristiano. Europa se hizo peregrinando a Compostela, como resumió Goethe.
Ahora, el Camino de Santiago, con su historia milenaria y su alcance universal, es el espacio elegido por la fundación International Solidarity for Human Rights para llevar a cabo una iniciativa pensada para reivindicar la importancia y la vigencia de los Derechos Humanos.
Responsables de esta institución y un grupo de peregrinos de diferentes países ya han recorrido el Camino Primitivo colocando en los distintos municipios que atraviesa 30 placas conmemorativas, tantas como artículos tiene la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la ONU hace ya casi 75 años.
En Santiago de Compostela, meta del Camino, han realizado junto a la Academia Xacobea la puesta de largo oficial de este Camino de los Derechos Humanos, de la mano de la presidenta de International Solidarity for Human Rights, Elizabeth Sánchez Vegas, y del presidente de la Academia Xacobea, Xesús Palmou.
La fundación International Solidarity for Human Rights asegura que surge del corazón, de la idea de pertenencia a una comunidad hispana, y con el afán de conmemorar los derechos humanos a través del Camino de Santiago. Tiene intención de trabajar para que esta nueva Ruta de los Derechos Humanos se convierta en un recorrido ameno, enriquecedor, con suficientes derechos para que el mundo encauce su existencia hacia el bien común. El presidente de la Academia Xacobea, Xesús Palmou, ya ha felicitado a la fundación y a su presidenta por esta novedosa iniciativa que liga los Derechos Humanos y el Camino de Santiago en torno a la libertad, la igualdad, la dignidad, la justicia y el bien común, así como a los valores que han florecido y hoy siguen estando presentes en el caminar a Compostela: la solidaridad, la fraternidad, la concordia, la paz, la universalidad y el esfuerzo compartido.
Xesús Palmou ha recordado también el papel crucial que la peregrinación ha desempeñado en la configuración de la identidad europea, tal como dijo Goethe siglos atrás y como recoge incluso el Tratado de la Unión Europea en su preámbulo, y ha reivindicado la importancia de defender los valores de la cultura occidental, como la libertad y la igualdad, frente a las amenazas del mundo posteuropeo. El respeto y la difusión de los Derechos Humanos constituye un presupuesto necesario para preservar y garantizar la convivencia y la paz entre los pueblos del mundo frente al ansia y luchas de poder, o los intereses puramente económicos. @mundiario
