Armas en Estados Unidos, un legado de la esclavitud

Manisfestación contra la libertad de armas en Estados Unidos. / Twitter
Una manisfestación contra la libertad de armas en Estados Unidos. / Twitter

Dos psicólogos han observado que los condados estadounidenses donde actualmente hay más armas de fuego son los que tenían más esclavos en el siglo XIX.

Armas en Estados Unidos, un legado de la esclavitud

Un estudio reciente muestra una relación estrecha entre la tenencia de armas de fuego en Estados Unidos y la esclavitud. El estudio, llevado a cabo por Nick Buttrick, profesor de Psicología de la Universidad de Wisconsin en Madison, y Jessica Mazen, psicóloga de la Universidad de Virginia, encontró que los condados estadounidenses con un mayor porcentaje de esclavos en 1860, son los que actualmente tienen más armas en manos de civiles.

El presidente Abraham Lincoln proclamó la emancipación de los esclavos el 1 de enero de 1863, durante la Guerra Civil, que concluyó en 1865 con la derrota del Sur esclavista y secesionista frente al Norte industrial.

Más armas que habitantes

El estudio de Buttrick y Mazen analiza la manera en que muchos estadounidenses ven las armas en comparación con otros países. En Estados Unidos solo vive el 5 por ciento de la población mundial, pero el país –según la organización suiza Small Arms Survey– tiene el 46 por ciento del total mundial de armas de fuego en manos de civiles. Es la única nación del mundo donde hay más armas entre la población que habitantes. Y el país desarrollado con la mayor tasa de homicidios con armas de fuego, 22 veces más alta que en la Unión Europea. Esos datos horrorosos no han evitado hasta ahora que la venta de armas en Estados Unidos siga siendo un negocio muy próspero que deja una ganancia anual de unos tres mil millones de dólares.

“En realidad somos radicalmente diferentes –observa Buttrick– a países como Canadá o Australia, que tienen raíces culturales similares”.

En efecto, mientras en muchos países la gente piensa que tener armas aumenta el peligro, las dos terceras partes de los estadounidenses que tienen armas, según el Pew Research Center, dicen que les dan seguridad, y un tercio de los adultos piensa que habría menos delitos si más personas tuvieran armas, a pesar de estudios que indican lo contrario.

Esa singularidad estadounidense se explica en buena medida por la esclavitud y su posterior desaparición. Obviamente, los dueños de esclavos estaban armados para sofocar cualquier posible rebelión. Y cuando el Norte ganó la Guerra Civil y dio la libertad a los esclavos, los sureños blancos reforzaron su creencia de que las armas eran necesarias para proteger sus familias, sus propiedades y su modo de vida. La gran cantidad de armas en venta después de la guerra, el surgimiento de grupos violentos de supremacistas blancos como el Ku Klux Klan, y la opinión de que el gobierno no protegería eficazmente a los esclavistas de la población negra recién liberada, fueron factores que contribuyeron a la afición de muchos estadounidenses a tener armas a mano. Una afición que, al igual que el racismo, un legado de los tiempos de la esclavitud, se ha transmitido de generación en generación.

El temor a los esclavos

El estudio de Buttrick y Mazen pone en tela de juicio la arraigada idea de que los estadounidenses tienen armas como consecuencia de su rebelión contra la Corona británica a fines del siglo XVIII, que les hizo ver la importancia de tener arsenales en sus casas para defenderse de una posible invasión extranjera o de la hipotética conversión del gobierno en una tiranía. Al parecer, el temor a una revuelta de esclavos primero, y luego a que los siervos liberados decidieran tomarse la justicia en sus manos, fue una razón más poderosa que la mera protección de los ideales democráticos. @mundiario


Pueden leer mi novela La espada macedonia y mi ensayo Biden y el legado de Trump, publicados por Mundiediciones.

Comentarios