Anomalía democrática es una desviación del comportamiento normal en el devenir de una democracia

Rafael del Pino, el coronel Pérez de los Cobos, la ministra Irene Montero y Juan Carlos I. / RR SS.
Rafael del Pino, el coronel Pérez de los Cobos, la ministra Irene Montero y Juan Carlos I. / RR SS.

Cuatro casos recientes: Ferrovial, Pérez de los Cobos, Ley del sí es sí y El Rey emérito. Son anomalías políticas de un Gobierno progresista que arranca a diario muchos jirones a la calidad de nuestra democracia.

Anomalía democrática es una desviación del comportamiento normal en el devenir de una democracia

Anomalía democrática es una desviación del comportamiento normal en el devenir de una democracia y hay que decir que son muchos los episodios que en esta legislatura se desviaron de las “reglas de juego” de esta forma de gobierno. Ahí van cuatro casos recientes.  

Ferrovial

El Gobierno y su presidente, hicieron un ridículo espantoso arremetiendo contra la multinacional por trasladar su sede a los Países Bajos. Es increíble que un gobierno que se dice socialdemócrata y progresista esté en conflicto permanente con los empresarios, despreciando a quienes crean empleo y riqueza para la sociedad. Que no se extrañen que los inversores busquen otros entornos para invertir.

Pérez de los Cobos

También es increíble que el ministro del Interior no haya dimitido o no haya sido cesado después de que el Tribunal Supremo desautorizara su decisión de destituir al coronel Pérez de los Cobos. Tras los sucesos de Melilla y esta sentencia del alto tribunal, ¿qué más tiene que pasar para que Marlaska deje el Gobierno y el Coronel, un fiel servidor del Estado, sea repuesto en su cargo?

Ley del sí es sí

Medio gobierno votando contra otro medio, acusaciones de trazo grueso entre ministras, una vicepresidenta que vota en contra de la reforma promovida por su presidente, el propio presidente que se va a Doñana para confrontar con el PP y no asiste al debate, ni vota la reforma que el mismo había propuesto… Recuerden el patio de “La Casa de Tócame Roque”.

La Ley Montero, que se reformó con los votos de PP -sentido de Estado-, deja la rebaja de condena a 1.000 delincuentes sexuales, la libertad a más de 100 y la ruptura de la coalición que solo aspira a sobrevivir y mantener el poder. Están en juego muchos cargos públicos, y más privilegios que perderían si se van.  

En cualquier país, esa ley habría causado la caída del gobierno y la disolución de las Cortes porque los diputados que la votaron son corresponsables de sus consecuencias. Pero ni siquiera se han producido una dimisión o cese de los responsables empeñados en sostenella.  

El Rey emérito

Fue invitado por Macron a una cena privada en el Elíseo, asistió a las exequias de Isabel II, departió con Carlos III… y aquí esta proscrito y desterrado sin causa alguna pendiente contra él, tiene que venir casi de tapadillo. Contra él disparan nacionalistas, independentistas y herederos de ETA, los socios que el Gobierno sí trata “a cuerpo de rey”. Pese a sus devaneos, “este rey no puede pasar a la historia en las páginas de sucesos… no se puede hacer una cacería del Monarca y de la misma Monarquía”, dijo Alfonso Guerra.

En fin, es una anomalía política que un Gobierno progresista arranque tantos jirones a la calidad de nuestra democracia. @mundiario

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