El 'parto' de Gobierno

Lo del PSOE y el BNG, más que un pacto, parece un parto. Y ya se sabe que "no hay parto sin dolor ni paisano sin
Lo del PSOE y el BNG, más que un pacto, parece un parto. Y ya se sabe que "no hay parto sin dolor ni paisano sin transistor". Y aquí estamos todos los paisanos pendientes del transistor a ver si nos cuenta cómo nace la criatura. Por lo que sabemos, el acuerdo va a tener que ser por cesárea, pues no parece que haya forma natural de entenderse. Y es que ambos partidos tienen conceptos distintos de su relación. Los nacionalistas creen que tienen que ser un matrimonio, los socialistas no quieren pasar de ser una pareja de hecho, y a este paso no llegarán ni a compañeros de piso.

Y es que el noviazgo empezó bien, pero ahora va camino del divorcio.

La primera parte de las negociaciones, en la que se trazó un programa de mínimos cojuntos, funcionó razonablemente bien, aunque para ello tuvieron que dejarse aparcados los puntos más calientes: la reforma del Estatuto (a la que Touriño parece tenerle más miedo que Fraga), la deuda histórica (que es como las meigas: el PSdeG no cree en ella, pero haberla, haila) y la relación con los medios de comunicación, tres temas sobre los que se debatirá más adelante.

La segunda parte de este derbi gallego está siendo mucho más bronca. Toca hablar del reparto de atribuciones, de cómo se va a ejecutar ese programa sobre el que hay cierto consenso. Y aquí ni siquiera hay una base común sobre la que hablar. El BNG quiere una oportunidad para que se note su capacidad política pero el PSOE no desea que los nacionalistas le quiten protagonismo y se hagan con una relevancia que electoralmente no les corresponde.

Por eso la negocación ha llegado a un punto muerto que parece difícil de salvar. Después de tres días de infructuosa negociación, los nacionalistas han presentado una propuesta de mínimos que huele a órdago. O se juega así o se rompe la baraja. En su carta a los Reyes, el BNG pide ya lo mínimo de lo mínimo: una vicepresidencia única, que ocuparía Quintana, y que tendría agregada alguna función, como la de relaciones institucionales, o la de Interior y, además, una consellería, que podría ser la de Bienestar Social. A mayores, piden cuatro carteras transversales, es decir, que tengan relación entre ellas. A saber: Medio Rural, que incluye Ganadería y Agricultura; Industria y Turismo, que incluye I+D; Cultura (con Deportes y Medios de Comunicación) y Urbanismo, Vivienda y Transporte. De esta forma existen muchas áreas en las que estas consellerías se complementan (por ejemplo, el impulso que la I+D, en Industria, puede darle al sector audiovisual, que depende de Cultura). Pero no es el mejor acuerdo para los nacionalistas, ya que perderían buena parte de la cuota de poder que estadísticamente les correspondería. El Bloque tendría que tener el 34% de la inversión y del personal, y con su propuesta tienen a penas el 20% de la pasta y el 30% de la gente. Y, encima, ceden el presidente del Parlamento al PSOE.

Pues ni así. El PSdeG ha hecho una contraoferta más razonable que lo que propueso hasta ahora, pero, en cierto modo, envenenada. Y es que los socialistas ofrecen a Quintana una vicepresidencia con Interior o Relaciones Institucionales, pero sin consellería. Le dan también Bienestar Social y Cultura, y otras dos carteras, Sanidad y Pesca. Y ahí está el veneno. Una cartera como Sanidad, sin controlar el presupuesto y, por tanto, la consellería de Economía, es una soga al cuello del que la gestione. Y, hombre, después de que el PSOE propusiera la polémica medida de trasladar Pesca a Vigo, pedirle ahora al BNG que ponga el camión de mudanza y se coma el marrón, tiene tela. Además, ninguna de las consellerías son transversales, no hay sinergias entre ellas. No tiene demasiado xeito.

Total, que las negociaciones están bloqueadas y, después del gesto de cierta generosidad del BNG, la solución sólo puede venir de otro gesto generoso, pero esta vez del PSdeG, al que le cuesta mucho (demasiado, a veces) tratar al BNG como a un adulto político.

Vamos, que hay que ir preparando la epidural.