Los buenos marineros

Hay un tipo en el bar del Puerto de A Coruña que, a las cinco de la mañana, moja una madalena en el caraji
Hay un tipo en el bar del Puerto de A Coruña que, a las cinco de la mañana, moja una madalena en el carajillo para desayunar. Ahora mismo no tiene trabajo pero sigue acudiendo muy temprano a los muelles por pura inercia. Dice ese tipo, cuando le hablan de la crisis en el sector pesquero que "nas tempestades é onde se ve os bos mariñeiros".

La tempestad en la que vive la pesca gallega lleva camino de amainar. Los vientos de Europa se calmaron y hay visos de que las cuotas para los marineros gallegos sean más razonables de lo que se anunció en un principio. En este caso los patrones del Gobierno central y del autonómico se manejaron muy bien.

Pero el viento no sopla sólo del norte. También lo hay del sur y ahí aún no está dominado. Recuperar el caladero marroquí, un objetivo impensable mientras Aznar tripulaba la nave nacional por los arranques caudillistas de su política exterior, debe ser hoy una de las prioridades de nuestra ministra de Pesca.

Ahora que los Reyes viajan a Marruecos para abrir las puertas del país vecino que el anterior Gobierno se encargó de cerrar a portazos, sería bueno que la primera en seguir los pasos de sus majestades fuese nuestra paisana Elena Espinosa, con el fin de recuperar los caladeros perdidos.

Y es que quizás la ministra habría hecho mejor en cambiar el destino de su viaje de este fin de semana y, en lugar de venirse a Galicia, personarse en Marruecos, que es donde los gallegos la necesitan en estos instantes. Los que ahora mojan sin prisas sus madalenas en el carajillo del bar del puerto porque no tienen otra cosa que hacer seguro que se lo agradecerían.