Alemania sí tiene cajas de ahorros

España, con Galicia dentro, está a punto de cargarse sus cajas de ahorros con una alegría impresion
Alemania sí tiene cajas de ahorros

España, con Galicia dentro, está a punto de cargarse sus cajas de ahorros con una alegría impresionante, sin reparar demasiado ni en su contribución al bienestar social y cultural ni, menos aún, en su contribución al desarrollo territorial. La fiebre privatizadora se lo lleva casi todo por delante, salvo en Cataluña y Euskadi, y la operación se sitúa en el contexto de otras grandes reformas, como la laboral o la de las pensiones, diseñadas por la Unión Europea, bajo indicaciones de la canciller alemana, Angela Merkel.

Esta acaba de pasar revista a los deberes del presidente Zapatero, con pocos reparos y nuevas exigencias, pero sin olvidarse de preguntar por los fondos necesarios para sanear las cajas de ahorros. Un observador pudiera pensar que la señora Merkel es una ultraliberal al servicio de la banca, que quiere poner fin a la banca social. Nada más lejos de la realidad, al menos si se analiza lo que sucede en su país.

El exitoso capitalismo de Alemania, capaz de exportar Mercedes y BMW a todo el mundo, está basado en la banca industrial, y el desarrollo de su territorio, densamente poblado e industrializado, está muy vinculado a su banca regional y a sus cajas de ahorros. Alemania tiene un modelo de desarrollo ligado al compromiso industrial de su sistema financiero, que es compatible con un elevado gasto social, mucho mayor que el de España, cuyo soporte está en el pago de más impuestos y en el esfuerzo de sus trabajadores, no solo altamente cualificados, sino también productivos y responsables. Por si fuera poco, Alemania es un estado federal que ha sido capaz de integrar a la Alemania pobre, la del Este, y que sigue contribuyendo a la cohesión económica y social del conjunto del país líder de Europa.

Saltan, pues, a la vista la cantidad de disparates que se dicen a veces en España cuando se cuestiona el Estado de bienestar por parte de sectores neoliberales y conservadores. Aquí se confunde la esencia de las cosas con su deficiente gestión. ¿Alguien le ha escuchado decir a un político alemán que el problema de su crisis está en los länder? ¿Se le ocurrió a alguien en Alemania cargarse sus cajas de ahorros?

Allí es justo lo contrario: fortalecen su estado federal y comprometen dinero público para sus landesbanken, los bancos regionales públicos en que se agrupan las cajas. En dos años, nada menos que casi medio billón de euros. ¿Cuál es la clave? Entre otras, que en Alemania existen cerca de 450 cajas de ahorros locales y de tamaño pequeño, cuyo objetivo no es especular para amasar beneficios, sino prestar un buen servicio financiero a la economía productiva de su zona.

Por contradictorio que parezca, este papanatismo español antifederal y neoliberal también encuentra acomodo en Galicia, cuyas necesidades económicas y sociales están justo en las antípodas de semejantes discursos políticos. Debe de ser que este pequeño país nuestro es algo raro o autodestructivo, como cuando persigue su propia lengua, sin reparar en que lo propio jamás se impone, sino que se disfruta con naturalidad.

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