La repostería creativa es la moda más sabrosa, adictiva y en pleno auge

Soraya, dueña de Sweetmama
Soraya, dueña de Sweetmama.

Tartas fondant, cupcakes o galletas decoradas, son los postres más demandados a pequeños reposteros que deben su éxito a Internet.

La repostería creativa es la moda más sabrosa, adictiva y en pleno auge

Hacer ese bizcocho casero de la abuela que ha ido pasando de generación en generación es algo mágico y siempre agradecido pero si a ese dulce le añadimos un poco de creatividad el resultado resulta sorprendente.

El boom por la repostería creativa está ocurriendo ahora y muy probablemente, en estos momentos, haya una vecina colocando el fondant a su tarta, con mucho cuidado de que no quede con bultos. O haya una amiga que esté apretando la manga pastelera para decorar sus galletas con forma de corazón. Todo un arte que se ha apoderado de las cocinas y que, en muchas ocasiones, es una fuente de ingresos para aquellas o aquellos que se ponen manos en la masa.

Internet ha sido y es el caldo de cultivo para que gente con profesiones muy dispares se sientan fascinados por este tipo de repostería. Los blogs sobre esta temática fluyen con éxito en la Red y la venta de utensilios online también triunfa. Sugarmur, por ejemplo vende una gran variedad de herramientas: aromatizantes, fondant, colorantes, porcelana fría, cortadores, pinceles, encajes de azúcar… Webs como la de Alma Obregón, Objetivo Cupcake, han conseguido tanta notoriedad que su autora no solo explica cómo elaborar estos dulces sino que tiene tienda online para adquirir utensilios, publicó un libro en 2012 y cuenta con un programa de televisión en Divinity, Cupcake Maniacs.

No hay ciudad que no tenga un puñado de reposteros que de aficionados han pasado a empresarios y cuya labor se sustenta en su constancia y su presencia en las redes sociales. Hay quien opina que la repostería creativa ya pasó de moda y que las pastelerías “de toda la vida” serán las que se mantengan con el paso del tiempo, pero lo que está claro es que siguen surgiendo nuevas creaciones dulces y aquellos que se lanzan de verdad al amasado profesional continúan aunando su presencia virtual con locales físicos. Clara prueba de que esto sigue en auge.

Este es el caso de Soraya, emprendedora repostera que se encuentra detrás de Sweetmama, un blog de repostería creativa que poquito a poco y gracias a las redes sociales y, sobre todo, a su buena mano, ha conseguido que lo que comenzó como un hobbie se haya convertido en un trabajo a tiempo parcial que armoniza con su otro trabajo en un departamento de cuentas.

¿De dónde nace tu pasión por la repostería?

De esos fines de semana cocinando con mi madre. Eran momentos únicos en los que hablábamos de  mil cosas mientras hacíamos un bizcocho o un flan. Ya de más mayor, continué con las ganas de hacer postres y cuando tuve a mis hijos, me picó todavía más el gusanillo. Quería poderles preparar unos súper pasteles para sus fiestas de cumpleaños así que decidí aprender a decorar tartas con fondant. Una cosa llevó a otra y me enamoré de este mundo. Y aquí estoy.

¿Cómo compaginas tu trabajo en un departamento de cuentas con tu trabajo como repostera y el cuidado de dos hijos? Más que “sweetmama” eres una “supermama”.

Jajajaja. Pues no es fácil, pero tengo mucho apoyo familiar. Trabajo media jornada en la agencia y cuando salgo, voy directa al taller a tartear. Mi marido hace un par de años que es director creativo freelance con lo que se puede combinar los horarios e ir a por los niños al cole. Si me hubiera pillado hace un par de años con los niños más pequeños, hubiera sido más complicado. ¡Hacemos como podemos! Pero ya se sabe, cuando uno quiere hacer cosas nuevas y emprende, siempre hay un tiempo duro al principio de mucho trabajo y mucho sacrificio. Y en ello estamos.

De un tiempo para acá se ha experimentado un boom en el mundo de la repostería creativa, ¿qué lo hace tan adictivo?

Yo creo que lo que lo hace adictivo son varias cosas. Por un lado la reacción de la gente cuando ve un pastel o unos cupcakes de estas características. Hace especial ilusión porque ves que te están regalando un pastel que está hecho exclusivamente pensando en ti, en lo que te puede gustar y hacerte feliz. Y por otro, el placer de irte superando cada día. Cada flor que aprendes a hacer, cada tarta sin bultos, cada modelado es una satisfacción única. Y cuando la gente te anima, te reconoce y te dice que qué cosas más bonitas que haces, te subes a una nube de felicidad. Por eso engancha.

¿Qué tiene que hacer alguien que quiera un pastel exclusivo de Sweetmama para su propio evento?

Pues contactarme y contarme. A partir de ahí empieza la magia creativa entre Sweetmama y el cliente. Muchas veces la gente no se atreve a llamarte porque tiene en la cabeza que será muy caro. Y no siempre es así. Evidentemente todo depende de lo grande y complicado que sea un pastel. Pero hablando se entiende la gente así que ¡adelante!

Tienes, digamos, un menú confeccionado de pasteles, cupcakes, galletas… De entre esas recetas ¿cuál tiene más éxito?

Sin duda alguna, el especial Sweetmama de fresa y chocolate… Tengo recetas de muchos tipos, pero al final cuando haces un pastel para mucha gente, la persona que te lo encarga quiere poder satisfacer a todos los invitados y esta es una combinación que gusta a todos, pequeños y grandes.

¿Sin las redes sociales hubiese sido posible crear Sweetmama?

Rotundamente NO. Antes de montar el taller, yo pasé un tiempo de amateur, trabajando desde casa, haciendo cosas para amigos y familiares. Y ahí es cuando empezó el blog. Y ahí es cuando empecé a tener actividad en Facebook, Pinterest, Google+… Así que cuando di el paso y abrí el taller y lo hice oficial, tenía una amplia visibilidad que no hubiera sido posible sin las redes sociales.

Comentarios