Navegar por Europa

Una forma diferente de turismo es la navegación de recreo en países donde podemos alquilar la embarcación que mejor nos venga. En España hay solo un par de río navegables, el Guadalquivir (que no hay que dejarlo pasar) y el Tajo, en la parte portuguesa.

Pero en el resto del mundo y, sobre todo por cercanía, en Europa, hay cientos de ríos con más o menos kilómetros navegables. De forma que incluso podremos, sin mover maletas de un lado a otro, visitar una región, un país, parando allá donde nos interese. Pudiendo dormir bien en los hoteles cercanos a las riberas o en la misma embarcación. Todas ellas acondicionadas por el armador, quien es el responsable del mantenimiento de las mismas.

En Francia hay incluso una ruta que atraviesa un valle, que es solventado por un acueducto por el que pasan las embarcaciones en un único sentido. Por ello, son muy populares las travesías por Anjou, Alsacia, Bretaña, Aquitania, Borgoña, Camarga, Lot, el Canal Du Midi, Charente, Valle del Loira y del Saona. Y pueden ser complementarios viajes como a París, ya que alguna ruta es cercana a la capital francesa.

Holanda, de la misma manera, tiene empresas de alquiler a disposición de los turistas, a las afueras de las ciudades, con o sin patrón, independientemente de que en alguna capital, como es característico, se pueden hacer pequeñas excursiones en chárter que enseñan los canales.

Alemania es otra opción con dos rutas fundamentales: Brandenbourg, uno de los dieciséis estados alemanes y Mecklenburg, en la Pomerania Occidental, un antiguo ducado del imperio germánico, que cuenta con grandes paisajes. Su capital Berlín tiene también empresas radicadas en las riberas de los canales, sobre todo en la zona de la Isla de los Museos, que cualquier turista visita. Pudiendo ver el movimiento fluvial que sigue teniendo la capital alemana para las cargas, sobre todo materiales de construcción, que se siguen moviendo por el agua para desahogar el tráfico rodado.

Marca especial en Trentemoult en el Loira. / Enrique Vázquez

Hungría tiene dos rutas en concreto: Tokaj, donde se pueden visitar y ver los viñedos de la zona, con grandes bodegas debido a su microclima a pesar de estar tan al norte y la otra ruta es Tisza, que desemboca en el Danubio.

Portugal es otro destino cercano para este tipo de navegaciones. En el Grande Lago, en el Alentejo, el lago artificial más grande en Europa. Al igual que realizar la remontada del Tajo.

Italia tiene en alguno de sus lagos estos servicios (el de Como, en la zona de la Lombardía, uno de los más exclusivos y profundos de Europa) y, desde luego, no perder la oportunidad en Venecia, de alquilar, eso sí, recomendado con patrón, una embarcación independientemente de la típica góndola, ya que el tráfico y sus intrincadas calles no son para navegar sin conocer la zona, que no se encuentra del todo bien señalizada.

Señal de estribor. / Enrique Vázquez

precauciones que debemos tener en cuenta

En cualquier caso, una de las precauciones que debemos tener en cuenta son los horarios de mareas en la zona Atlántica, ya que el río en la mayoría de ocasiones no transporta caudal para la navegación, sino que ésta es posible debido a las mareas, que aporta agua al propio caudal. Pero cuando ésta se retira, puede dejar un valle convertido en erial, hasta la siguiente marea.

¿Las mejores fechas para estas visitas? Desde mediados de la primavera hasta octubre para tener los mejores días. Y sobre todo en verano, con temperaturas más templadas y más horas de luz.

Una simple licencia de navegación o PNB son válidos para la navegación e incluso hay algunos países que no lo exigen debido a la potencia de motor o tipo de embarcación a utilizar, ya que no hay oleaje o confusión en la navegación.

Sin duda, una forma diferente y original de hacer turismo en pareja o familia, ya que hay disponibilidad de embarcaciones con diferente número de plazas. @mundiario