Homenaje a Francisco Salas

Muchas son las personas que en los fines de semana se acercan para navegar sus embarcaciones de radio control en Málaga en el Parque del Oeste. Personas de las que desconocemos sus vidas y, en ocasiones, nos llevamos una sorpresa cuando lo hacemos, algunas veces por su calidad como persona, otras como modelista, por su carácter, cualidades todas ellas que tenía Francisco Salas.
Siendo aún un desconocido para mí, se acercó a un lago malagueño y se interesó por el modelismo, resultó ser un artesano ebanista de los de toda la vida, con gran imaginación y una capacidad creativa desbocada, fruto de la cual, su casa se ha convertido de un tiempo hasta hoy, en un auténtico astillero, donde la construcción, reparación y creación de embarcaciones a radio control, llenan cualquier espacio físico.
La pasada semana nos dejó finalmente y sirva estas líneas, como homenaje sobre todo a su persona y a su trabajo. Ha sido un duro golpe para su familia y amigos y para el modelismo en Málaga, ya que era una de sus figuras principales y en todos estos años un gran amigo, dispuesto a dar ayuda y consejo a quien lo ha solicitado. Humilde maestro de la madera, su tratamiento, ha dejado múltiples modelos repartidos por muchas casas que hemos tenido la suerte de disfrutar con él, al borde del lago, con su cigarro en la mano y arreglando el mundo, en torno a una mesa de montaje o una emisora de radio control.
Después de su jubilación y por un reto lanzado por un vecino suyo, modelista de más de cuarenta años, que le enseñó la foto de un barco, ¿a que no eres capaz de hacer esto?, frase cruel, culpable de la mayoría de los huesos rotos de nuestro país. Francisco ni hizo caso del reto, pero en casa, en frío, se calentó, cogió la foto del vecino y se puso manos a la obra. Capaz de despiezar desde una mesita de noche a un armario barroco, un barco no se le iba a cruzar, comenzó a dibujar los planos, pero eso sí a un tamaño considerable, tanto que hoy en día no es capaz de sacarlo por sus propios medios. Don Ramón, el retador, el vecino, no era capaz de creer lo que poco a poco fue viendo; el que escribe, que lo ha visto y fotografiado sigue sin creerlo. Fue construyendo las cuadernas, forrando, haciendo todo tipo de detalles de una insignificante fotografía, el aparejo y cuando lo terminaba, pensó, no lo voy a dejar sobre la televisión, éste navegará, le instaló un motor, una hélice y en poco más de dos años, estaba terminado, su primer barco, el Victory – navío británico del s. XVIII–, con una envergadura de poco más de metro y medio y un puntal considerable, la casa por el tejado. Impresiona verlo en seco, todavía más cuando su motor pausadamente comienza a navegar, estamos acostumbrados a mercantes, remolcadores, por nuestros parques, no a navíos.
Jubilado del trabajo laboral, se hizo autónomo como armador creativo, dibujando, a partir de modelos ya existentes, los modelos que construía modificados a su gusto.Conociendo el radio control, decidió no dejar de motorizar cada uno de los que de su taller salieron. El San Felipe, segunda creación, con todo lujo de detalles, también navegable, le siguieron, embarcaciones de recreo, yates, jábegas, pesqueros, el famoso Calypso – que fue utilizado por el oceanógrafo Jacques Cousteau para sus investigaciones y programas de televisión -- y su último proyecto, otro navío del siglo XVIII, según me dijo: el último, pero ¡ay Paco!, esperaba que nunca dijeras nunca.
Uno de los barcos de Francisco Salas Pérez. / Mundiario
Realizó numerosas opciones del barco de recreo italiano Riva, diseño original de Carlo Riva con varios modelos, siendo el Aquarama el más vendido, utilizado en todo tipo de películas y el barco recreativo de lujo por excelencia en todo tipo de películas, por su diseño deportivo en madera. Francisco reprodujo todas sus variantes, barnizándolas al estilo antiguo de “muñequilla” obteniendo los tonos deseados, que durante toda una tarde estuvo explicándome y enseñándome a realizar, con toda su paciencia.
Los tiempos que corren no reconocen a personas como Paco Salas, siempre dispuesto a seguir aprendiendo, cuando son maestros y un simple reconocimiento en forma de entrevista, ya es un hecho excepcional. Una lástima que no seamos capaces de clonar manos expertas, personalidades humildes, fruto del trabajo constante, bien hecho, con capacidad de superación, algo que en este hobby, vemos en ciertos individuos y porqué no decirlo, los envidio. Gracias a Francisco Salas Pérez, por concederme en estos años unos pocos ratos de su tiempo, por su trabajo, por mostrárnoslo a todos y por ser como ha sido. Te vamos a echar mucho de menos. Gracias Paco por todo. @mundiario