¿Mi verdad, tu verdad, su verdad...? ¿Qué es la verdad?

La verdad. / Manel Vizoso
La verdad. / Manel Vizoso

La verdad no se discute, las opiniones subjetivas sobre la verdad sí son discutibles.

¿Mi verdad, tu verdad, su verdad...? ¿Qué es la verdad?

Son muchos los desencuentros que se producen cuando se discute sobre una “verdad” concreta, pues cada interlocutor tiene una visión personal y, por lo tanto, “su verdad”, su opinión, y no la verdad. Generalmente discutimos sobre apreciaciones subjetivas acerca de  una verdad, no sobre la verdad, que es indiscutible.

La verdad, en cualquier ámbito, hay que buscarla, aunque la tarea no siempre es fácil; un principio básico es que la búsqueda esté presidida por la rectitud y el rigor -en el sentido de propiedad y precisión.

Permítanme que exponga mis reflexiones sobre ese proceso de encuentro con la verdad que, en determinados ámbitos, puede durar toda una vida.

La verdad no es mi, tu o su verdad, porque  no es patrimonio de nadie, es un absoluto, que tiene vigencia incluso para quienes piensan al revés y rechazan admitirla.

La verdad nunca es una ofensa, aunque pueda molestar, herir.

La verdad no puede alterarse; eso sí, se puede olvidar, despreciar, ocultar y hasta prostituir, a conveniencia.

Su definición etimológica es muy clara y ayuda en el proceso de búsqueda: lo que no está oculto, lo que se manifiesta tal y como es en su ser.

La verdad debe mostrarse, aunque en ocasiones exija coraje y decisión e, incluso, dudemos sobre la conveniencia de exponerla.

La verdad es lo que es en si mismo, la mentira es ficción, invención, engaño, superchería.

La verdad no tiene adjetivos, porque los adjetivos son opiniones personales sobre ella.

La mentira se aborrece, el error se disculpa o perdona, la verdad, sencillamente, se acepta porque,  de no hacerlo,  se impone por si misma.

Quien miente se convierte en esclavo de su ficción y del compromiso íntimo consigo mismo de mantener oculta la verdad. Aceptar la verdad libera de esa esclavitud.

La verdad se corrompe con la mentira y  hasta con el silencio; un escalón superior sería su tergiversación u ocultación  con el propósito de dañar a alguien u obtener beneficio personal.

Tal vez me he enredado un poco; si ha sido así, disculpen, es el rigor del verano.

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