La trampa de la adicción emocional

Mujer contemplando el horizonte./ Free-Photos en Pixabay
Mujer contemplando el horizonte./ Pixabay.
La dependencia emocional es la caña deteriorada que tarde o temprano se romperá; y cuando esto suceda, la caída será fatal.
La trampa de la adicción emocional

La vida es un gran desafío de superación constante, en el que solo sería prácticamente imposible superar todos los obstáculos que nos impone, a pesar de nuestra resiliencia. Sí, somos seres sociales y créeme, nadie completa solo, ni basta solo, pero este no es el punto al que quiero llegar. Lo que me gustaría señalar es que tú eres el referente, eres el punto principal en tus relaciones con quien seas o vayas donde vayas; cuando cambias, todo cambia. Las reglas de la vida son muy sencillas, somos nosotros quienes las complicamos. Los cambios que sucederán en nosotros tendrán un impacto en el mundo y en las personas que nos rodean.

Si dependemos de las posturas de los demás para ser felices, amados o reconocidos, entonces nos estamos poniendo en una situación de "no hay salida". Por eso, aunque nos necesitamos, somos nuestro principal referente.

Eres tu compañero eterno

Eres tu compañero eterno en tus alegrías, batallas, luchas y victorias; es con tu inmortal compañía que nacerás y morirás, y entre estos dos espacios, los momentos “mejores” y “peores”, solo tú podrás “sentir tu piel”, por mucho que la otra persona te apoya. Usted es el punto principal de los cambios que debe realizar.

Por ello, es fundamental que nos conectemos con nosotros en este viaje de la vida, para que no necesariamente tengamos que estar acompañados de otras personas para no sentir soledad, porque la conexión principal es con nuestra esencia para ser parte de un mayor agregación.

La dependencia emocional es la caña deteriorada que tarde o temprano se romperá

Cuando partamos de esta premisa, entenderemos que la dependencia emocional nunca puede confundirse con nuestras sanas relaciones afectivo-emocionales. Sin embargo, no podemos ser indiferentes a las situaciones de la vida, como somos humanos, pero no esperar demasiado de los demás es una formación que hay que realizar constantemente. Puede suceder que los demás estén a la altura de nuestras expectativas. Pero, ¿y si esto no sucede? ¿Estaremos en el limbo de nuestros dolores esperando el momento del otro? La dependencia emocional es la caña deteriorada que tarde o temprano se romperá; y cuando esto suceda, la caída será fatal, ya que nuestra propia autonomía emocional no se ha desarrollado.

No se equivoque: nada ni nadie permanece para siempre. Y cuando tu pantalla o tu bastón se hayan ido, ¿cómo actuarás? Recuerde: la responsabilidad de su bienestar y su vida es completamente suya; eres tú quien da sentido a las experiencias de tu vida. ¿Qué asegura que el otro no responda con desilusión o indiferencia en algunos contextos?
Definitivamente necesitamos desarrollar nuestra autosuficiencia positiva. Si no sabemos quiénes somos, otros nos definirán; si no sabemos adónde vamos, nos perderemos en el primer atajo.

Es el momento de organizar el desorden de tu casa interior, dándote la oportunidad de conocerte a ti mismo, de ser consciente de qué y por qué sientes y actúas con dependencia emocional, porque la vida en cualquier momento puede despojarte de tus ilusiones y tus quimeras.

La peor trampa que existe es la creada por nosotros, donde alimentamos expectativas, creamos ilusiones y proyecciones, nos atrapamos en la realidad ilusoria de la dependencia emocional dañina de los demás, porque en la ley de la impermanencia, la vida es la maestra en despojarnos de lo que creíamos que era nuestro o posiblemente eterno. @mundiario 

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