Después de leer este artículo seguramente te arrepentirás por todas las veces que le gritaste a tu perro: un estudio firmado por científicos de la Universidad de Porto ha revelado que los métodos agresivos para educar a los caninos no son efectivos y, además, pueden tener un efecto destructivo en su mente.

Para llegar a esta conclusión, los autores de la investigación seleccionaron 92 perros y los dividieron en dos grupos: en el primero estaban los que serían educados en positivo (con premios de juegos y comida) y en segundo los entrenados con un refuerzo negativo (tirando con fuerza de las correas y levantando la voz).

Los resultados fueron contundentes: los perros del primer grupo eran más estables, relajados y optimistas; mientras que los del segundo grupo mostraron mayores niveles de cortisol, estrés y negatividad, lo cual, a su vez, supuso un impacto dañino en su bienestar que se mantuvo durante varias semanas.

“Nuestros resultados muestran que los perros entrenados con métodos basados ​​en aversión tuvieron mala experiencia en comparación con los perros entrenados con métodos basados ​​en recompensas, tanto a corto como a largo plazo”, ha detallado la bióloga Ana Catarina Vieira de Castro. @mundiario