Altavoces inteligentes: ¿la pesadilla de Orwell o una herramienta muy útil?
Pros y contras de convertir la casa en inteligente con un asistente digital. Riesgos para la privacidad frente a ventajas en el día a día.
Desde que eramos pequeños (esta afirmación casi vale para cualquier generación ) hemos visto en series y películas como los protagonistas se podían comunicar a distancia por una pantallita o una pantalla gigante, curiosamente no había término medio. El protagonista llegaba a la oficina, a casa, a la nave, a su camión, a su coche, pulsaba un botón y ahí estaba el interlocutor al otro lado (perfectamente peinado, eso sí, nada de recién levantado) y lo curioso es que siempre había que apretar un botón, hasta que llegó Tony Stark en IRONMAN y se ponía a hablar con J.A.R.V.I.S. para dar todo tipo de órdenes que podían controlar la casa y acceder a redes de comunicaciones ( cierto es que en Star Trek el ordenador de a bordo hacía caso a comandos de voz diciendo "computadora" pero no se dignaba a contestar )
Casi sin darnos cuenta, con la llegada de Siri, Cortana, Alexa y Google Assistant nos estamos metiendo de lleno en ese mundo de ciencia ficción de ordenar las cosas a la casa y que la casa “nos haga caso”. Desde 2017 ha ido creciendo progresivamente primero, y exponencialmente después, el consumo de altavoces inteligentes, los cuales te pueden poner tu canción favorita, buscarte la receta de las mejores croquetas, comentarte el tiempo como si fueran Santiago Pemán (conocido hombre del tiempo en la Televisión de Galicia ) o buscarte un vuelo a Nueva York.
En principio todo son ventajas y este año 2018 empezarán a masificarse a partir de la campañas de "Black Friday" y Navidad. Combinados con sistemas domóticos de persianas, hornos, lavadoras, luces y enchufes puedes tener un control parcial de casi toda la vivienda y si le añades sistemas de videovigilancia te faltarán unas armaduras y procesador más potente para poder tener el taller de IRONMAN en casa.
Siri es capaz de grabar conversaciones si el usuario está en peligro y de gestionar llamadas a la policía sin que se enteren los que ponen en peligro al usuario, simplemente con una orden vocal previamente establecida.
Sin ser un dispositivo propiamente inteligente, puesto que se dota de unos sensores de proximidad a modo de radar para cambiar el rumbo, el aspirador inteligente con forma de platillo volante se ha hecho un hueco en nuestros hogares y, de paso, alguna marca ha aprovechado para cartografiar los domicilios de los usuarios para “detectar” las posibles necesidades que puedan tener y puedan recibir las consecuentes propuestas publicitarias. Si una aspiradora no inteligente es capaz de esto, ¿ de qué son capaces los altavoces inteligentes?
Hay que recordar que los altavoces inteligentes están escuchando siempre (aunque no estén grabando lo que hacen los usuarios o, por lo menos, supuestamente no ) con lo que tu privacidad ya no es tal en presencia de uno de estos dispositivos. Si además tienes elementos conectados a tu sistema domótico, Google, Apple, Facebook, Amazon o cualquier fabricante de altavoces inteligentes compatibles con sistemas domóticos va a hacerse una idea de tus gustos, de la tecnología que tienes en casa, de cuando estás en casa, de cuanta gente hay en tu casa, etc
Recientemente Google ha presentado su “Google Home Hub”, Movistar su “Movistar Home” y Facebook su “Facebook Portal” que incorporan una cámara para poder hacer videollamadas, lo que añade complejidad a la privacidad doméstica al tener un mini “gran hermano” supuestamente no vigilando pero sí escuchando y con posibilidad de grabar.
La tecnología en sí no es mala, lo malo es el uso que se puede llegar a dar de la tecnología. Estos asistentes tienen un potencial muy bueno para asistir en tareas del día a día a gente con problemas de movilidad o visión, al poder realizar órdenes por voz, igual que también le pueden ayudar a llamar a emergencias con un comando de voz o servir de recordatorio de voz de una simple cita con el médico para personas despistadas o con problemas de memoria.
No hay que pensar que hay una mano negra detrás de la tecnología para espiarnos, la mayoría de la tecnología siempre se desarrolla con los beneficios de los usuarios en mente y también pensando en el beneficio económico, claro está, el problema es cuando se trata de un proyecto que engloba a una gran empresa y esta añade el beneficio económico a la ecuación como multiplicador y no como sumando, ahí es cuando hay que empezar a sospechar.
Si el lector necesita un asistente doméstico le diría que se asesore bien de las funciones que puede realizar y de la posibilidad de desconectar algunas de ellas que no considere estrictamente necesarias y que pida una demostración de funcionamiento en el comercio donde lo adquiera, la inteligencia también está en ver, tocar, probar y comparar ya que a veces guiarse por el precio no es necesariamente la opción más acertada. @mundiario