La sabiduría de los grandes guerreros en las batallas de la vida

Un monje meditando. / Dhamma Medicine en Pixabay
Un monje meditando. / Dhamma Medicine en Pixabay
Las circunstancias pueden cambiar de una hora a otra, pero la fuerza que nos impulsa a cambiar las cosas viene de nuestro interior.
La sabiduría de los grandes guerreros en las batallas de la vida

La vida de cualquier ser humano está llena de desafíos y retrocesos. Por tanto, no siempre es fácil movilizar nuestra resiliencia para superar los obstáculos que nos impone la vida, ya sea como vía de aprendizaje o de superación, ya que muchas veces estamos agotados de luchar, afrontar y resistir todas las adversidades que nos encontramos en nuestro camino. Tantas veces, ante el trabajo de la vida, nos sentimos perdidos, desolados, solos y confusos, sin saber qué dirección tomar, qué decisión tomar. El cansancio plaga nuestras resistencias y no encontramos la fuerza para seguir de cara a los bloqueos que nos rodean. Recuerde: las circunstancias pueden cambiar de una hora a otra, pero la fuerza que nos impulsa a cambiar las cosas viene de nuestro interior.

Aprender a respetar las órdenes del cuerpo y del alma también son atributos de un gran guerrero. Por tanto, dejar que la vida fluya por unos instantes mientras contempla la sabiduría de la vida actuando en su mejor momento, no es signo de inercia, desistimiento, cobardía, pereza o debilidad. Los mejores guerreros necesitan un descanso, una estrategia de supervivencia y eso es sabiduría. Saber cómo suspender por un momento puede dar la impresión de una postura pasiva, pero esto es tan importante como luchar. Recargar nuestras fuerzas, enjugar lágrimas o heridas y reflexionar sobre la causa por la que luchamos son también parte del proceso de lucha, porque la lucha a la que me refiero aquí es interna.

Solo en la tranquilidad de la pausa podemos evaluar los desafíos desde nuevos ángulos y nuevas perspectivas. Solo en el intervalo podremos reevaluar nuestras propuestas, si todos los esfuerzos que estamos realizando valen la pena. Los grandes guerreros se sientan a medio camino, no solo para descansar, sino sobre todo para meditar, curar heridas y contemplar la vida dentro de sí mismos, con el objetivo de recargar sus esperanzas y optimismo en la vida. Y si es necesario, destruir las arquitecturas obsoletas de las certezas que tienen como absolutas, de los escombros, dejarse renacer, reconstruir el templo de su propia vida, más fortalecido y arraigado.

Los grandes guerreros analizan sus ideales, valores, direcciones y estrategias para avanzar más decididos, optimistas, confiados, animados y fortalecidos. Y a pesar del cansancio, las piedras, las espinas en el camino y los fracasos que surgen, siempre rescatan la esperanza, la fe en la vida y en el futuro, porque saben que las grandes conquistas se hacen de pequeñas y también de grandes superaciones. @mundiario

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