Las parejas demenciales

Los amantes de René Magritte.
Los amantes de René Magritte.
Hay parejas demenciales que nunca hablan de amor, no lo aceptan, son individuos generalizados que quieren sexo seguro.

Aunque todos apestan, en la pareja la costumbre hace la inmunidad: la peste es el punto de partida, es la peste del amor.

Las leyes del país te van reduciendo a dos, ¡y en la pareja reside la estrategia! Consumada la batalla en la cama, los enamorados preparan su plan del día, de modo que no pase nada hasta volver a la base: la cama.

Me pregunto si el amor debe ser promulgado por las leyes, impuesto, como los mandatos de los padres; y es proyectado y consentido desde el hogar...

La realidad es que los enamorados acaban convirtiéndose en fieras al proyectar sus fantasías del uno al otro, atrapados, encerrados, observados por el gobierno...

El otro día- y me fijo otras veces- había dos novios sentados a mi lado. Estaban violándome poco a poco. Aunque hablaban español, yo no les entendía una mierda. Pero me fijé en el rictus de su diálogo: en los últimos minutos, se sostuvieron en pie. Siguieron violándome, quitándome la ropa y los colores, echándome dardos al corazón.

Hay otras parejas que quieren que folle, me empujan locamente, me acosan. Quisieran llevarme a los pies de su cama, son felices.

Después están los matrimonios consolidados. Aquellos que cagan igual que follan, y que sin embargo me agreden por ser soltera como si les supusieran una bancarrota. Parejas ambiciosas que quieren sexo conmigo o mutilar mis atributos sexuales con tenazas, no lo sé...

Hay personas que han tenido muchos novios hasta madurar y ya haberse divorciado, las cuales nunca serán felices porque no saben estar solas.

Por estas cosas valoro la soltería, es desgraciadamente un reducto de desobediencia, al menos de acuerdo a una persona.

Por otra parte, reivindico mi derecho a ser soltera en un país de casados ahorradores, que han cumplido todas las normas para que el deber les deje en paz. Llevo toda la vida siendo esclava y soltera, de modo que, aún así, el matrimonio es mi destino...

Pero, si me uno a la unión civil, prometo a Dios no empezar a mentirle para mantener la relación, una vez que los matrimonios abren sus puertas a la necesidad.

Hay parejas demenciales que nunca hablan de amor, no lo aceptan, son individuos generalizados que quieren sexo seguro.

De hecho, ese amor formal está sobrevalorado, es una mera gestión burocrática que encubre el malestar y la promiscuidad.

A mí me parece raro que, siendo el amor virtuoso y divino, haya en el país tantos enomorados que, sin embargo, no son capaces de expresarse con coherencia y propiedad.

El amor legislado es como darle un bocadillo a un yonki: él quiere un viaje y tú quieres quitártelo de encima. Esa es la realidad que viven millones de personas en sus casas, cuyo único consuelo es un sofá y de vez en cuando unas birras.

He visto solteros que estuvieron enamorados, existen y dicen la verdad: lo único que se montan es en moto. @mundiario

 
  

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