¡Que nadie nos arrebate la esperanza!

Una persona contempla el horizonte.
Una persona contempla el horizonte.

Sólo depende de nosotros y recordemos que la esperanza es el motor del ser humano.

¡Que nadie nos arrebate la esperanza!

Este año la utilización de la expresión “Esperanza en el año 2021” ha sustituido a la clásica “Feliz y Próspero Año Nuevo”. Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Se trata de un deseo contenido, sin excesivas pretensiones, al margen de los convencionalismos, expresado con sinceridad y la mejor voluntad, que sugiere la idea de que desaparezcan la tristeza y el sufrimiento de millones de personas en todo el mundo, y después, Dios dirá, o ya veremos.

Esperanza significa esperar o desear algo o a alguien de forma activa, acompañado de la confianza de que sucederá o vendrá. Así debemos afrontar estos doce meses que tenemos ante nosotros.

La espera activa implica hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que aquello que anhelamos se produzca; esa misma actitud positiva ante los hechos que deseamos sucedan, genera confianza. Es algo así como pensar al atardecer que habrá un nuevo amanecer.

Tener esperanza no está reñido con el realismo, que nos hace ver las dificultades y los medios que hemos de poner para que los hechos sucedan; dicho de otro modo: estar preparado para asumir lo peor, pero esperando lo mejor.

La esperanza no es cosa de ilusos, fantasiosos, despreocupados o personas simples que lo fían todo al azar; quien vive con esperanza es consciente de la necesidad de poner esfuerzo y paciencia durante la espera.

La esperanza, en las circunstancias actuales, nos relaciona a todos los seres humanos, porque todos esperamos lo mismo: el fin de la pandemia, su alivio, un tratamiento efectivo, la vacuna, el fin del sufrimiento propio y de los que nos rodean, porque existe reciprocidad y el bienestar de unos depende de los otros.

La esperanza genera optimismo y aparta el temor, la vacilación, la congoja.

Quienes viven con esperanza  deben ser solidarios con los que temen, vacilan o sienten desasosiego, y así hacer buena la frase de Martin Luther King “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.

¿Qué esperamos, en el plano colectivo, como españoles, para este año? Usted tendrá sus deseos, coincidentes o diametralmente opuestos a los míos, pero permítame que le exponga brevemente en qué consiste mi esperanza para este 2021.

Sería deseable una disminución de la crispación individual, que enardece a los políticos y dificulta el entendimiento entre todos, en relación con la situación general: política, económica, territorial, institucional, sanitaria...

Sería deseable que el Presidente del Gobierno, ante las continuas discrepancias, salidas de tono e imprudencias de su vicepresidente y coaligado, dijera con energía basta y buscara los apoyos que permitieran resolver los importantes retos que España tiene planteados.

Naturalmente, para que esto fuera posible, sería también deseable que PP, Ciudadanos y cuantos tuvieran una actitud positiva y constructiva de España, dieran un paso adelante y ofrecieran su mano.

Al final de este año tendremos ocasión de seguir esperando lo mismo..., o no. ¡Que nadie ni nada nos haga perder la esperanza! @mundiario

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