Las tarjetas de prepago, el sistema favorito en internet

Tarjeta de prepago. / Pixabay
Tarjeta de prepago. / Pixabay

Te hablamos de este sistema personal de autocontrol

Las tarjetas de prepago, el sistema favorito en internet

Hace tan sólo unos años, podíamos pasear por un centro comercial o hipermercado y ver las estanterías llenas de películas, videojuegos y discos de música. Por el contrato en el momento presente, casi no quedan videoclubs o tiendas de discos, porque la manera en que consumimos audiovisuales ha cambiado drásticamente dando el salto a la nube: Spotify, Netflix, iTunes y demás alternativas están terminando con los soportes físicos masificados, dándole más espacio a las estanterías de nuestros salones y, sin duda, también a los estantes de tiendas especializadas, siendo, no obstante, el sector de los videojuegos una excepción.

En línea de caja, tanto en los supermercados como en los estancos, kioskos y tiendas de videojuegos, vemos cada vez una mayor variedad de tarjetas de prepago para diferentes servicios online: Amazon, iTunes, HBO, PSN, etcétera. ¿A quién van dirigidas? En un principio, parecía que estaban pensadas para menores o jóvenes que todavía no disponían de cuenta bancaria o tarjeta de crédito pero que deseaban adquirir este tipo de contenidos digitales. Ciertamente, es una alternativa que permite pagar en sitios que no aceptan efectivo (internet al no ser un espacio físico no puede hacerlo) y recargar el saldo en establecimientos o a través de transferencias de otras cuentas. Pero también, en ocasiones, son los adultos los que buscan a toda costa la privacidad en sus pagos. Tal es el caso de muchos usuarios habituales en el sector del juego, que elegirán antes un casino con Paysafecard que otro que sólo admita tarjeta de crédito o transferencias bancarias.

Muchos casinos, no obstante, ofrecen como métodos para depositar dinero y retirar premios PayPal y Skrill. Ambas son excelentes alternativas dentro del panorama de los monederos virtuales, pero exigen asociar un número de cuenta y una tarjeta de crédito para poder operar, como garantía de fondos, mientras que Paysafecard se puede recargar como una tarjeta prepago de diferentes maneras. Además, otra de sus ventajas es que permitiría añadir saldo a Skrill directamente desde los fondos almacenados en Paysafecard. Es por este motivo que muchos usuarios cuentan con este sistema que además ha establecido convenios con marcas tan potentes como Correos, Repsol, Carrefour, ONCE o EVO Banco entre otros.

Aunque no sólo los casinos facilitan como método para transacciones económicas Paysafecard, son uno de los terrenos con mayor demanda por parte de los usuarios, que de alguna manera ven su capital más controlado si tienen que recargar una tarjeta: se trata de un sistema personal de autocontrol. Los casinos conocen perfectamente esta necesidad, y responden con una oferta que brinda a sus clientes un extra de seguridad frente a ciberdelincuentes. Si bien puede parecer que un casino es un excelente reclamo para realizar un robo informático, el sector del juego es uno de los que más difícil se lo pone a los hackers, con una inversión en ciberseguridad que a veces se sitúa incluso por delante de los bancos, con sofisticados softwares diseñados expresamente para ellos (no debemos olvidar que deben proteger tanto el dinero de sus usuarios como el suyo propio).

Dentro del amplio abanico de tarjetas prepago, no podemos olvidarnos de las que prácticamente fueron las primeras en introducirse en el mercado: las tarjetas telefónicas. Todos recordamos quedarnos sin saldo a mitad de una llamada y tener que recargar llamando a un número de teléfono o acudiendo a un estanco a comprar un código para incrementar el saldo. Sin embargo, desde que es imprescindible registrar nuestros datos personales para tener un número de teléfono independientemente de si es de contrato o de prepago, muchos usuarios se pasaron al contrato, aunque el principal motivo ha sido la inigualable oferta en planes de datos para navegar por internet con 4G.

En contraposición a este tipo de tarjetas, las de Netflix o incluso la de juegos concretos como Fortnite, se sitúan precisamente las tipo Paysafecard o PayPal, precisamente por su versatilidad: el dinero disponible no se circunscribe a un servicio concreto, sino que es saldo con el que se puede operar no sólo en un sinfín de tiendas online, sino además en diferentes países por todo el mundo y en diferentes monedas (aplicándose por supuesto la conversión correspondiente con una pequeña comisión a cambio). Sin duda para pagar en el extranjero suponen una muy buena alternativa. En el punto intermedio estarían las tarjetas prepago de Amazon o iTunes, que permiten adquirir música, películas, aplicaciones, suscripciones o comprar productos físicos en el caso de Amazon, pero sólo dentro de sus tiendas.

De cualquier manera, se trata de un sistema muy sencillo en todos los casos para gastar exactamente lo que se tiene intención de gastar sin sorpresas desagradables. El sistema está ya tan estandarizado que ha llegado a todo tipo de establecimientos y se encuentra accesible a mayores  y a jóvenes, por lo que, y curiosamente en un mundo en el que impera lo digital, este formato físico se encuentra en plena expansión y diversificación.

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