Jordi Évole: 'Ser periodista, en mi caso, es un sueño hecho realidad'

Jasbleydy Prieto, periodista de Mundiario, y Jordi Evolé, Mejor Periodista 2013. Director y presentador del programa “Salvados”, de laSexta
Jasbleydy Prieto, periodista de Mundiario, y Jordi Evolé, Mejor Periodista 2013. Director y presentador del programa “Salvados”, de laSexta

MUNDIARIO entrevistó al Mejor Periodista de 2013 de la APM, Jordi Évole. Motiva a los profesionales de la comunicación para que sigan adelante y no renuncien a su vocación.

Jordi Évole: 'Ser periodista, en mi caso, es un sueño hecho realidad'

Madrid se despertaba como cada día con un sol más veraniego que primaveral en estas fechas y decidida a celebrar el 75 cumpleaños del periodismo en la Capital de la mano de la Asociación de la Prensa de Madrid. Para ello invitó a una serie de comunicadores residentes en la Ciudad, y por supuesto, a los premiados, que tenían una cara de contentos, como un niño cuando recibe un caramelo. Pero ¡es lógico!, no todos los días reconocen tu trabajo, y menos en este sector. Sin duda, el nombre más conocido de todos los ganadores es el de Jordi Évole, no porque sea mejor que los demás, sino porque su trayectoria está labrada en el medio televisivo, razón por la cual media España conoce su cara.

Jordi viajó exclusivamente desde Barcelona para recoger su estatuilla al Mejor Periodista del 2013, pero hay estaba la pregunta del millón: ¿Qué ha hecho este tío para merecer ese Premio? Sencillo, él fue el director del falso documental televisivo sobre el 23-F, denominado Operación Palace, que trató el golpe de Estado en  España de 1981. Aunque el programa solo fue una “patraña” como el mismo lo denominó. Este generó tal  expectación que paso por el tribunal deontológico de la FAPE, que finalmente, lo absolvió de toda culpa, pero lo posicionó profesionalmente por su 23,9 por ciento de cuota de pantalla alcanzado el día de su emisión.

Sin embargo, Evolé es un periodista de lo más sencillo, tanto, que se presentó a la gala con unos vaqueros, una camisa azul celeste y su barba de varios días que lo caracteriza. Omitiendo el protocolo que usaron sus colegas, y dejando claro quién es él, restándole importancia al título alcanzado. Para Jordi los mejores periodistas son aquellos que continúan informado sin miedo: “Aquellos que han pasado de las presiones del poder y han publicado aquello que alguien no quería que se publicase, aquellos que se han visto privados de la libertad por intentarnos hacer llegar información potable”.

Una vez concluido el evento, los asistentes se levantaron para ir a saludar a las caras conocidas. Y como no iba a ser menos, mis ojos buscaban esa camisa entre el gentío. No lo veía y empecé a desilusionarme, había perdido la oportunidad de hablar con él. Pero para mi sorpresa, lo encontré detrás de la muchedumbre saludando a una colega catalana, lo deduje por el idioma en el que se estaban comunicando. Sin pensarlo, lo aborde para tomarme una fotografía con él, y de paso, le pedí unas palabras de aliento para aquellos periodistas que aman su profesión, pero a causa de la violencia han abandonado su pasión. A lo que me respondió: “Primero, les diría que envidio su valentía, su rigor, su profesionalidad, su no tirar la toalla, que sigan ahí a pesar de todos los peligros. Luego un poco me saldría un consejo de madre: Les diría que tuviesen cuidado, y por otro lado, que no lo dejasen de hacer con esa ilusión, con esas ganas, con esa profesionalidad que demuestran, porque sin ellos nosotros no nos enteraríamos de nada”.

Finalmente, no pude resistirme a preguntarle ¿Qué siente él siendo periodista? Y por supuesto, no me desilusionó porque la sencillez fue la basa de su respuesta: “En  mi caso es como un sueño hecho realidad porque desde pequeñito he querido ser periodista y el estar haciéndolo ahora y ganándome la vida con esto es como la cuadratura del círculo. Poderte dedicar a lo que te gusta, disfrutarlo, tener un equipo detrás magnifico, poder hacer un poco lo que quieres, sin que nadie te diga cómo, pues un privilegio. Me siento así, me siento un privilegiado".

Y así, como entró, una vez terminó todo, salió, apurado porque tenía que coger el avión en Barajas que lo llevaría de vuelta a su tierra, Cataluña.

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