La importancia del vínculo materno para el desarrollo infantil

Un bebé sostiene el dedo de su madre. / Michal Jarmoluk en Pixabay
Bebé sosteniendo el dedo de su madre ./ Michal Jarmoluk en Pixabay.
Según Bowlby, en el proceso de desarrollo neonatal, es fundamental que el niño tenga una relación de apego con una madre.
La importancia del vínculo materno para el desarrollo infantil

Según Bowlby, en el proceso de desarrollo neonatal, es fundamental que el niño tenga una relación de apego con una madre, y en ausencia de esta, un cuidador principal que reemplace y cumpla este rol, para que haya un desarrollo saludable. Se trata de supervivencia que el niño tenga satisfechas sus necesidades, ya sean de carácter físico o afectivo-emocional, ya que estos elementos son muy importantes para garantizar el desarrollo de sus funciones motoras, cognitivas y afectivo-emocionales.

En la primera infancia, con la maduración de las estructuras cerebrales, el niño se desarrolla y se adapta para afrontar el entorno interno y externo y para gestionar la relación madre-hijo. En este período, el niño necesita estimulación desde el vínculo de apego con un cuidador para la integración de sí mismo, y por lo tanto, el vínculo en esta etapa del desarrollo humano es estrictamente necesario, corrobora. Se desarrollan a través del padre / madre o quien ejerce esta función - la elaboración de nuevas adaptaciones, ya sea en el ámbito social o relacional, siendo la madre el entorno propicio y apoyo reconfortante en la regulación de las emociones disfuncionales que puedan surgir durante el proceso de construcción del "yo" del niño y la formación de su identidad.

Así, la teoría del apego, formulada por Bowlby, tiene como punto central la importancia de un padre que pueda satisfacer las necesidades físicas del bebé, como alimentación, supresión del dolor, comodidad, cuidados higiénicos, así como necesidades afectivas-emocionales: acogida, cariño, contacto visual, seguridad y decodificación de los tipos de llanto asociados a las necesidades expresadas a través de estas tipologías. Asociado a la necesidad de apego, también se verifica la ansiedad o angustia de la separación, sentimiento desagradable de miedo que experimenta el niño en la fase evolutiva cuando este mismo cuidador primario está ausente, ya que el niño aún no ha desarrollado la capacidad simbólica de discriminar el "juego" ausencia-presencia.
Además de Bowlby, los aportes de Winnicott fueron igualmente importantes para la comprensión de cómo se procesan los vínculos afectivos entre el niño y el entorno familiar para la maduración de sus funciones motoras, emocionales y cognitivas, así como para la formación de su identidad, teniendo en cuenta como premisa la figura de la "madre suficientemente buena".

Pero, ¿qué es exactamente la "madre suficientemente buena"?

Es la madre quien ofrece al bebé la posibilidad de la ilusión de la omnipotencia. Esta madre le presta un yo auxiliar a través de la unidad madre-hijo, para que se constituya la construcción de su identidad. La madre "suficientemente buena" sirve de escudo, ofreciendo las condiciones ideales para que el niño desarrolle las habilidades innatas y se estructura e integre su yo, siendo un requisito previo para su organización mental.

Un concepto muy importante también creado por Winnicott es el holding. El holding tiene la función de desarrollar estas capacidades innatas a través del contacto cuerpo a cuerpo con la madre, donde a través de este vínculo, la madre/cuidadora perfila el proceso de integración de funciones psíquicas para la formación del yo del niño. Cuando la madre/cuidadora no atiende las necesidades básicas del bebé enumeradas anteriormente, entonces se constituye un falso yo, que explicaré en otro artículo.

Observando que la receptividad primaria del apego es crucial para una sana maduración psíquica y que esto debe dar lugar paulatinamente a una nueva propuesta en el escenario del desarrollo bioquímico que se presenta entre los bastidores de la maduración cerebral. La metodología utilizada por el cuidador en el período evolutivo de un determinado bebé debe actualizarse, a medida que surgen nuevas demandas y, en consecuencia, nuevas estrategias y metodologías educativas.

Con la maduración motora, cognitiva y emocional, se desarrollan nuevas modulaciones y nuevos repertorios conductuales para afrontar las nuevas propuestas interrelacionales. La ansiedad por separación se puede evocar y sentir incluso en un adulto, en situaciones puntuales, y su respuesta a esta amenaza dependerá sustancialmente de cómo procedieron los primeros lazos afectivos primarios, esa es la importancia de estos, que van desde el nacimiento hasta aproximadamente los 18 meses.

No es correcto decir que solo la teoría del apego explica todos los componentes conductuales de cómo un adulto maneja sus vínculos afectivos y sus emociones, pero la realidad es que la importancia del vínculo primario y su relación con las dificultades futuras -o no- en Las relaciones afectivas y de apego tienen una relevancia fundamental y especialmente en los primeros meses de vida de un bebé, como se explicó anteriormente. Por esta razón, me gustaría desmitificar aquí la creencia de que si una madre cuidadora satisface todas las necesidades del niño en sus primeros meses, será una niña malcriada, apegada y que en el futuro no estará segura y no podrá afrontar los problemas y retos de la vida. Al contrário. Por eso, en los primeros meses el vínculo de apego es muy importante. Ofrezca apoyo a través del cuidado, la atención y el cariño a su hijo, para que tenga un crecimiento saludable, se vuelva más en forma y confiado ante los desafíos de los nuevos procesos de desarrollo que se avecinan. @mundiario

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