La fobia social no es timidez: la exposición del desempeño es una tortura

Diversas circunstancias de la vida pueden convertirnos en el foco de atención, como por ejemplo en situaciones de exposición y desempeño social, trayéndonos un malestar inicial que tiende a mejorar con el tiempo.

Algunos ejemplos de rutina son: trabajo escolar o universitario que necesitamos presentar frente a toda la clase, una explicación de las metas cumplidas a fin de mes en una reunión de equipo de trabajo, una entrevista de trabajo o promoción, cuando nos presentan como el nuevo miembro de un grupo de amigos. También están aquellos casos en los que somos uno más, como en fiestas, cumpleaños, restaurantes o cualquier otro tipo de evento social, incluyendo actividades como comer en grupo o firmar un documento.

Para quienes padecen de Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social (SAD), las dos situaciones (ser el centro de atención o estar en interacción social en un grupo) pueden decodificarse como una amenaza seguida del sentimiento de vergüenza, el sentimiento de insuficiencia y estar siendo monitoreado, vigilado, evaluado, juzgado o incluso rechazado, y este tipo de ansiedad es mucho más frecuente de lo que uno imagina.

Otro tema que vale la pena mencionar es que se espera que la ansiedad inicial se normalice con el tiempo, dejando a la persona más cómoda frente a las situaciones ejemplificadas anteriormente, pero esto no sucede con quienes padecen Ansiedad Social, todo lo contrario, porque esta tiende a intensificarse, provocando síntomas somáticos como sudor frío y temblor de manos, así como síntomas conductuales caracterizados por la evitación de lugares y situaciones.

Así, la persona se vuelve cada vez más prisionera de sus miedos: el de ser evaluada y la de ser ridiculizada o rechazada. Este es uno de los trastornos de ansiedad menos conocidos, pero que provoca numerosos perjuicios en la vida funcional de quienes padecen.

Está clasificado por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) como Trastorno de Ansiedad Social y por la CIE-11 como Fobia Social, siendo el trastorno de ansiedad más común, siendo prevalente en mujeres, afectando aproximadamente al 9% de las mujeres y el 7% de los hombres, generalmente comenzando en la niñez y/o adolescencia y caracterizándose por un miedo exacerbado a la exposición y desempeño social por un período de al menos 6 meses.

Sinais e características do Transtorno de Ansiedade Social (TAS)

A partir da percepção ameaçadora de ser avaliado negativamente pelas pessoas, a ansiedade antecipatória se faz presente e com ela seus sintomas característicos de ansiedade: tontura, falta de ar, rubor facial, náusea, tremores nas mãos e pés, suor excessivo (sudorese), dor de barriga, palpitação, dor de cabeça, tensão muscular, suor frio, sensação de angústia e apreensão. 

Diante de uma apresentação ao público, por exemplo, a pessoa balbucia, a fala não sai ou é trêmula, parece que tudo o que foi estudado não é lembrado, o corpo estremece e o que mais se deseja é que este estado de tortura termine o quanto antes.

De fato, é algo que causa bastante apreensão e sofrimento, visto que a pessoa sofre antes, durante e depois do evento, antecipando situações catastróficas e ruminando pensamentos invasivos, sendo os mais comuns as crenças atormentadoras de que não vai dar certo, de que o conceito da pessoa vai cair diante da avaliação de todos, de que será ridicularizada, que passará vergonha ou de que não conseguirá realizar a tarefa proposta e a partir deste ponto, toda a sua carreira será destruída, catastrofizando a situação. Existe, neste quadro, uma exacerbação de medos irracionais e explicarei as causas logo a seguir.

El Trastorno de Ansiedad Social (SAD) no se trata solo de timidez

Todos tenemos nuestras características de personalidad, nuestra forma de ser y de relacionarnos con las personas. Algunos son más reservados e introspectivos, otros más conversadores y extrovertidos, pero Social Phobia / SAD no se trata de introspección o solo de timidez.

Como informé anteriormente, presentamos cierto nivel de ansiedad en situaciones nuevas o imprevistas en las que somos el “centro de atención”. Sin embargo, este miedo a la exposición y a la interacción social tiende a disminuir, la persona se adapta y se espera que desarrolle gradualmente mecanismos de habilidades sociales para hacer frente a estos eventos.

No ocurre lo mismo con quienes padecen de Ansiedad Social, ya que la ansiedad de la persona tiende a aumentar hasta un punto crítico en el que decide renunciar a cosas importantes en su vida, como una profesión, una relación o las amistades, evitando cualquier situación en la que pueda ser evaluada por su desempeño. Por lo tanto, la persona pierde oportunidades y se enclaustra cada vez más en sus miedos. Por ello, el Trastorno de Ansiedad Social es altamente incapacitante, trayendo consigo daños funcionales, personales, afectivos y psicosociales.

Otros criterios diagnósticos de Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social (SAD) según el DSM-V son los siguientes aspectos clínicos y conductuales.

Síntomas:

1- Miedo persistente de ser expuesto en público y en consecuencia de ser juzgado, criticado y rechazado.

2- Ansiedad anticipatoria, rumiación y pensamientos catastróficos, así como síntomas típicos de ansiedad antes y durante el evento de exposición.

3- Posible aparición de crisis de ansiedad en los casos más graves.

4- Evitación conductual y evitación de la interacción social o exposición a eventos de evaluación del desempeño.

Causas:

Entre las posibles causas están implicados factores genéticos, neurofisiológicos y ambientales.
Aprendices familiares, padres sobreprotectores y demasiado críticos, así como experiencias traumáticas durante el período de desarrollo del niño, como exposición seguida de burlas, castigos y humillaciones frente a compañeros u otras personas, lo que provoca baja autoestima y miedo a interactuar socialmente.
La gravedad del trastorno dependerá de la edad, duración, intensidad y sufrimiento generado.

Trastornos asociados a la ansiedad social:

Los principales trastornos asociados al TAE son: Depresión, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y Alcoholismo.

Tratamiento:

Según la evidencia clínica, el tratamiento que trae resultados efectivos es la psicoterapia. Sin embargo, en los casos más graves es necesario incluir medicación, siendo los inhibidores selectivos de los receptores de serotonina (ISRS) los más utilizados.

Además del uso de técnicas e instrumentos psicológicos específicos en el tratamiento del TAE, como técnicas de relajación, autogestión, entrenamiento en habilidades sociales y asertividad, así como técnicas sistemáticas de exposición y desensibilización, se trabaja la reestructuración cognitiva y las creencias disfuncionales. esenciales, siendo estos dos últimos los puntos centrales de la Psicoterapia. Esto se debe a que son precisamente los errores cognitivos los que conducen a las creencias irracionales, que se traducen en síntomas ansiosos y conductas de evitación o evitación que imposibilitan, paralizan y deterioran las habilidades sociales de la persona.

Como se informó anteriormente, todas las áreas de la vida están comprometidas, desde la vida personal, académica y laboral. También es necesario verificar, durante la anamnesis clínica, si ocurrieron traumas en la historia de vida del paciente, especialmente en la infancia, involucrando experiencias de humillación, desprecio, ridiculización y exclusión. @mundiario