La fibromialgia: la incapacidad invisible

Una mujer.
La fibromialgia es un trastorno que causa dolores musculares y fatiga.

Las causas de esta enfermedad aún no están del todo identificadas. Se parte de la hipótesis de que es una alteración de algunos transmisores del sistema nervioso.

La fibromialgia: la incapacidad invisible

El otro día salían en los telediarios muchos adolescentes llorando por la cancelación del concierto de Lady Gaga en Barcelona por problemas de salud. La frustración para aquellos que llevaban acampados casi un mes esperando el momento traspasaba la pantalla de la televisión y los ordenadores de la casa de muchas familias españolas, pero si algo ha conseguido esta cantante de fama mundial ha sido poner cara y ojos y sentido a la fibromialgia, una enfermedad crónica que nunca antes había tenido tanta visibilidad como ahora.

La cancelación de la gira europea de Lady Gaga que comenzaba en el Palau Sant Jordi, ha puesto el foco sobre esta enfermedad, invisible a los ojos de los que rodean a quienes la padecen, pero caracterizada de un gran dolor para quien la sufre – de hecho, la famosa cantante, estuvo ingresada por dolor severo en el hospital antes de decidir cancelar sus actuaciones.

La fibromialgia es una enfermedad de tipo reumatológica que conlleva una fatiga crónica y un fuerte dolor en los músculos y fue reconocida sólo en 1990. Con anterioridad, se la consideraba como un trastorno de somatización, sin embargo, su acotamiento permitió darle la importancia que debe tener, ya que se considera como la causa principal de dolor musculoesquelético.

Esta enfermedad la sufren entre un 1,5% y un 5% de la población mundial. En España esta cifra es superior a un 2%, teniendo una mayor incidencia en mujeres que la sufren hasta nueve veces másque el público masculino.

La importancia del pronto diagnóstico y aprender a gestionar el dolor

Según los expertos, hay un 75% de casos de fibromialgia que aún no han sido diagnosticados; muchas veces se habla de ella como “incapacidad invisible” porque, a grandes rasgos, esta patología no es apreciada por el exterior. El trabajo en concienciación social debe ser mayor que el realizado para cualquier otra enfermedad visible.

Los síntomas son cansancio, trastorno del sueño, rigidez de las articulaciones al despertar por las mañanas, dolor muscular, calambres, hormigueos, bajo ánimo… la detección es muy importante ya que, aunque esta enfermedad sea crónica, aprender a gestionar el dolor, el cansancio y todos los síntomas y huellas que su presencia deja en el cuerpo humano es vital para no caer en picado.

La depresión puede ser uno de los problemas añadidos de esta enfermedad que afecta a los tendones y los músculos pero que también tiene una gran carga emocional. En este sentido, no es de extrañar que muchas pacientes tengan que acudir a tratamientos psiquiátricos para sobrellevar esta patología que limita de forma espectacular la vida cotidiana, influyendo también en las relaciones personales, laborales (en algunos casos ya se puede obtener la incapacidad) y sentimentales.

Es tanta la unión entre depresión y fibromialgia que, a veces, se sospecha sobre quién precede a quién. Todo se agrava más dada la complejidad del diagnóstico. Realizar la prueba de la sensibilidad en los 18 puntos con un buen equipo médico (también llamados puntos gatillo) es la mejor baza para poder llegar a una conclusión si, al menos, 11 puntos de los 18 resultan dolorosos. Éstos están distribuidos en la espalda, los hombros, cuello…

Causas, posibles y tratamientos y ejercicios

Las causas de esta enfermedad aún no están del todo identificadas. Se parte de la hipótesis de que es una alteración de algunos transmisores del sistema nervioso. Así, se piensa que se produce una alteración de niveles de determinadas sustancias (serotonina, triptófano o ácido glutámico) que intervienen en los procesos neuroquímicos, generando mayor sentido del dolor.

También está fuertemente relacionada con enfermedades autoinmunes, infecciones virales e inflamación de tipo reumática. Además, está estudiado el gran componente de tipo genético que posee esta patología que hace que se transmita de generación en generación.

Por desgracia no hay tratamiento que acabe con esta enfermedad, como con cualquier enfermedad de tipo crónica. Desde el Ministerio y los estudios realizados sobre este campo, afirman que los tratamientos que existen tienen como objetivo disminuir todos los síntomas e intentar aumentar la capacidad del organismo para afrontar la patología..

Está comprobado que los principios de la biofísica, a través de la tecnología de la Andulación, minimizan el dolor, favoreciendo la circulación sanguínea y produciendo un efecto relajante en el sistema nervioso. La compañía española HHP Spain  lleva usando este método desde hace muchos años, obteniendo resultados y satisfacción en los pacientes, tanto por la disminución del dolor como por la relajación y el bienestar en general.

La relajación es crucial, ya que el estrés que padecen los pacientes a causa de la enfermedad es mucho mayor que el de cualquier persona sana. Se suelen recomendar también prácticas como la meditación, relajación muscular progresiva o yoga.

Asimismo, también el ejercicio realizado con frecuencia es importante. Deportes como la natación, el ciclismo o caminar ayudan a frenar el dolor de la enfermedad o su avance. La relajación, el ejercicio o la buena alimentación son prácticas o hábitos que favorecen la capacidad de afrontar la enfermedad, pero sí hay algo que es una pieza clave es la actitud positiva, las ganas de luchar y no tirar la toalla, autoconocerse y aprender cómo superar o hacer más llevadero el dolor.

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