Estoy en una etapa de la vida en la que me cansé de engañarme

Una mujer disfruta de una puesta de sol. / Pixabay
Una mujer disfruta de una puesta de sol. / Pixabay
Llega un momento en el que necesitamos convencernos de que el cambio es necesario, que la situación se acabó, que la condición ha cambiado, porque el suelo se ha derrumbado, casi nada ha quedado.
Estoy en una etapa de la vida en la que me cansé de engañarme

En efecto, estoy en una etapa de la vida en la que me cansé de engañarme. A partir de ahora quiero ser y tener todo lo que es verdadero, empezando por las amistades.

Me di cuenta con gran dificultad de que nada ni nadie en esta vida merece mi paz. Me cansé de situaciones mediocres, medias verdades, vínculos con otros intereses, días monótonos, situaciones tibias, contornos mal elaborados, puertas entreabiertas, piezas mal pegadas. Sé que pueden llegar cambios, pero ya he aprendido a desbravar la trama de mi vida, ya sea la comedia o el drama.

Estoy viviendo una época de quimera lúcida por todo lo que quiero lograr, lo que quiero tener, dónde y con quién quiero estar. Llega un momento en que el cansancio grita victorioso por lo que no ha llegado, por promesas que no se han cumplido, por expectativas infundadas, por personas aisladas que basan su desinterés como su nueva forma de vivir. Nada se construye de forma aislada; esta es una condición previa para la decadencia de cualquier cosa que sospeche que haya extendido experiencias verdaderas.

El peor engaño

Estoy en una etapa de la vida en la que cansé de cometer errores. Me cansé de traicionarme. Porque el peor de los engaños  es el que parte de nosotros , convenciéndonos de que un día todo puede cambiar, una situación peligrosa que asfixia en forma de cariño, donde no hay más abrazos.

Llega un momento en el que necesitamos convencernos de que el cambio es necesario, que la situación se acabó, que la condición ha cambiado, porque el suelo se ha derrumbado, casi nada ha quedado. Quien se retira no quiere la guerra y ahora solo hay lugar para la paz y la armonía. Así que es hora de dejar de fingir que todo está bien, que las cosas no necesitan ajustes.  Es mejor vivir en otro lugar, echar nuevos cimientos, derribar viejos muros, escalar nuevos caminos, construir nuevos puentes, transportar nuevos mares. Esto se aplica a todo lo que ya no tiene legitimidad. Y si hay errores por donde voy, sabré encontrar el camino de regreso por los atajos de mi corazón. @mundiario

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