¿Es posible vivir en paz con la interferencia “negativa” de los demás?

Mujer triste y pensativa./ Phan Minh Cuong An en Pixabay.
Mujer triste y pensativa./ Phan Minh Cuong An en Pixabay.
Cuando el otro, por sus propios motivos, es arrogante, trata de invalidarnos y peor aún, trata de humillarnos, maltratarnos, calumniarnos y despreciarnos, ¿cómo está la situación?  
¿Es posible vivir en paz con la interferencia “negativa” de los demás?

Las personas juegan un papel fundamental en nuestras vidas, ¡esto es un hecho!

Los psicólogos del desarrollo afirman que para constituirnos como seres humanos necesitamos de los demás, por lo que a través de ellos podemos desarrollar ciertos recursos que serían muy difíciles de desarrollar, incluso imposibles, si no contáramos con el apoyo de otra persona para establecer vínculos en todas las etapas de la vida, especialmente las primeras. En otras palabras, necesitamos de los demás para constituirnos y “existir”, porque los seres humanos somos sociales y culturales.

El aislamiento nos genera sufrimiento, pero contradictoriamente cuando interactuamos existen muchos conflictos entre las personas.

Esta reflexión me hace pensar en la famosa frase del filósofo existencialista Sartre: “El infierno son los otros”.
Sin embargo, paradójicamente, es a través de los otros que constituimos nuestra alteridad. Creo que por eso nos dejamos afectar tanto por los demás, por lo que piensan, esperan e idealizan de nosotros.

La convivencia con los demás puede ser bastante constructiva, satisfactoria y empática. Pero, y cuando este otro, por sus propios motivos, es arrogante, trata de invalidarnos y peor aún, trata de humillarnos, maltratarnos, calumniarnos y despreciarnos, ¿cómo está la situación?

¿Sería posible vivir en paz contigo mismo con alguna interferencia “negativa” de los demás? En mi opinión, sí, y aquí van algunas preguntas para una mejor valoración de la situación por la que puedes estar pasando cuando se trata de una relación tóxica o de maltrato, ya sea afectivo-matrimonial, de amistad, familiar u otros.

Y cuando reflexiones sobre todo lo aquí escrito, seguro que tendrás otra perspectiva de lo que te sucede.

1- ¿Qué significa esta persona para ti?

El primer aspecto a considerar es tu grado de cercanía en la convivencia con esta persona.
¿Eres un jefe en el trabajo? ¿Es parte de tu familia? ¿Qué grado de familiaridad?

¿Es un niño, un padre, alguien con quien necesita vivir de manera rutinaria, o es simplemente alguien con quien no necesita tener o mantener lazos?

En caso de que no necesites mantener una relación, lo mejor que puedes hacer es ignorar lo que el otro piensa de ti, ya que esto la mayoría de las veces tiene más que ver con aspectos de él. 

La terapia de esquemas explica que las personas que tienen este patrón de necesidad de humillar a los demás para superarse y afirmarse son personas que tienen una estrategia de afrontamiento desadaptativa para lidiar con los límites deteriorados y, por ello, construyen un esquema de arrogancia y grandiosidad como una forma de contrarrestar el daño de lo que realmente piensan sobre sí mismos.

Por lo tanto, recuerda: Sentirse superior a los demás es suscribir la creencia de la propia inferioridad. Como ves, en este caso concreto, el problema es del otro y no tuyo.

2- Ciertas conductas no deben afectarnos, ya sea porque no nos conciernen, o porque no agregan ningún valor a nuestra vida:

El segundo aspecto a cuestionar es una extensión del primero: ¿Vale la pena darle importancia a lo que los demás piensan de ti? ¿Porque es esto importante? ¿Cómo va a cambiar esto tu vida? Creo que podría contribuir a quitarte la paz.
Lo peor contra la paz misma es darle importancia a lo que otros piensan. 

¿Es necesario algún cambio en su comportamiento? Si es así, ¡sería interesante apostar por su mejora!
Es importante filtrar la opinión de los demás y utilizarla siempre positivamente para lo que sea necesario en tu reforma íntima y para ello merece una reflexión personal. Sin embargo, reitero: en la mayoría de los casos, la forma en que los demás te tratan no es tu problema. 

Cada uno tiene su educación, sus valores y principios y es necesario tener paciencia y tolerancia, incluso compasión, porque las personas a las que les gusta hacer daño a los demás por el simple placer de hacer daño, suelen tener profundas heridas emocionales.

3- La importancia del autoconocimiento y empoderamiento:

Sea consciente de quién es usted, su contenido y sus preguntas.

Esta toma de conciencia y alineación de lo que somos, lo que queremos y lo que hacemos, nos fortalece frente a las dificultades de la vida y nos favorece en nuestras relaciones interpersonales. Invierte en tu autoconocimiento y autodesarrollo, porque como siempre digo, si no sabes quién eres, alguien te definirá.

Aprendemos muchos conocimientos en la escuela, pero no aprendemos a conocernos a nosotros mismos; no aprendemos habilidades que son importantes para la vida y para vivir con la gente. Y este conocimiento lo tomaremos de por vida, a menudo definiendo una situación importante o yendo “cuesta abajo”, ya sea que sepamos cómo lidiar con las circunstancias de la vida o no. @mundiario

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