¿No duermes bien? Puedes culpar a tu genética

Mujer durmiendo incómoda. / Pexels.com.
Mujer durmiendo incómoda. / Pexels.com.

Los investigadores encontraron que nuestros genes desempeñan un papel en la forma en que dormimos.

¿No duermes bien? Puedes culpar a tu genética

Dormir es esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo. La investigación ha demostrado que no obtener suficientes horas de sueño está asociado con la diabetes, la obesidad y los trastornos de salud mental, pero a pesar de todo lo que sabemos sobre lo que es dormir bien para nosotros, quedarse dormido no siempre es fácil. Los científicos se dieron cuenta, sin embargo, esto puede estar fuera de nuestro control.

En un estudio publicado en Nature Communications, los investigadores encontraron que nuestros genes desempeñan un papel en la forma en que dormimos.

Si bien los estudios anteriores a menudo se han basado en datos autoinformados, el estudio, dirigido por la Universidad de Exeter, hizo que alrededor de 90.000 personas usaran dispositivos de rastreo (como los relojes de Apple) que analizaron su actividad durante siete días. Encontraron 47 conexiones entre nuestros genes y lo bien que dormimos, con qué frecuencia y a qué hora. Entre los nuevos enlaces genéticos encontrados, descubrieron que una variante del gen PDE11A influye en cuánto dormimos y en qué tan bien.

"Este estudio identifica las variantes genéticas que influyen en los rasgos del sueño y proporcionará nuevos conocimientos sobre el papel molecular del sueño en los seres humanos. Es parte de un cuerpo de trabajo emergente que podría algún día informar el desarrollo de nuevos tratamientos para mejorar nuestro sueño y nuestra salud en general. ", dijo el autor principal Samuel Jones, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter en un comunicado.

Para bien o para mal, no podemos cambiar nuestros genes, pero hay cambios en el estilo de vida que podemos hacer para mantener un mejor sueño. En primer lugar, es útil identificar las cosas en tu vida que pueden estar impidiendo que cierres los ojos. Para hacer esto, observa cómo las diferentes rutinas nocturnas afectan el tiempo que te toma conciliar el sueño y la frecuencia con la que te despiertas durante la noche. La relación de cada uno de nuestros cuerpos con el sueño es única, ya que hay influencias internas y externas que contribuyen a la calidad del sueño.

Tal vez, cuando trabajes en tu computadora en la cama, te tome un poco más de tiempo para quedarte dormido, o tal vez agregar algunos minutos adicionales para relajarte con un ejercicio de respiración o práctica de meditación puede ayudarte a permanecer dormido por más tiempo. Al rastrear tu experiencia, puedes comenzar a descubrir qué funciona para ti.

Ya sea que pienses que tus genes están obstaculizando o apoyando tu sueño, es útil recordar que nuestro entorno desempeña un papel importante en nuestra salud, y podemos hacer algo al respecto.   @mundiario

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