El curioso origen del bingo: de Italia al mundo digital

Lotería. / Pxhere
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¿Quién no lo ha practicado en un encuentro con vecinos, amigos o familiares? Pocos sabrán que suma más de veinte siglos de historia y que tiene como origen el Imperio Romano.
El curioso origen del bingo: de Italia al mundo digital

El bingo es uno de esos juegos populares que tienen como característica principal su alto componente de sociabilización. ¿Quién no lo ha practicado en un encuentro con vecinos, amigos o familiares? Pocos sabrán que suma más de veinte siglos de historia y que tiene como origen el Imperio Romano. Por aquel entonces, consistía en completar una tabla de madera con símbolos y figuras a medida que estas iban dándose a conocer poco a poco.

Hay versiones que apuntan que estas primeras tablas no tenían como principal objetivo la diversión, sino que estaban construidas para recaudar impuestos a los vecinos por parte del ejército. Cada una de las figuras representaba un pueblo o aldea y, cómo no, la misión era completar todas las casillas. Cuantas más fueran ocupadas, mayor sería la recaudación. Como suele suceder, una reinterpretación acercó la versión actual.

Donde sí que coinciden los historiadores es que la primera versión del bingo moderno nació en Italia en el siglo XVI, cuando se unieron los diferentes reinos en torno al 1530. Era un tipo de lotería nacional que se celebraba cada semana, que respondía al nombre de Lo Giocco del Lotto d’Italia, y contaba con unas bolas numeradas y unos cartones válidos para cada una de esas partidas.

Expandiéndose por el mundo

Desde Italia, este juego salió de sus fronteras y se fue expandiendo por toda Europa. Llegó a Francia con el nombre de Le Lotto en 1770, y era propio de los encuentros de alto copete de la aristocracia. En Alemania, ya por los años 1800, lo adaptaron como una manera de educar a los más jóvenes. Lo usaban para realizar ejercicios que enseñaran a multiplicar, a deletrear o transmitir detalles históricos.

Bingo. / Pxhere
Bingo. / Pxhere

¿Y de dónde sale la palabra bingo? Aquí entra en juego la cultura estadounidense de principios del siglo XX. En tierras americanas se llamaba “beano”, haciendo referencia a las habichuelas, que servían para marcar los cartones. En las partidas multitudinarias se fue popularizando el grito para remarcar la victoria y, fruto de un error de la tensión, alguien gritó bingo en vez de beano. Una equivocación, que desató las risas de los asistentes, pero que fue explotada comercialmente y supuso todo un éxito.

Actualmente, el bingo es uno de los juegos de casino que han migrado a Internet. En las plataformas especializadas se presentan diferentes modalidades del juego más allá de la clásica y popular. Por ejemplo, se pueden encontrar desde variantes exprés, en las que se juegan cuatro cartones a la vez y se sacan 30 bolas, a las adaptaciones de diferentes temáticas, como la cultura egipcia, las divinidades vikingas o la ambientación del lejano oeste.

Mujer disfrutando. / Pxhere
Mujer disfrutando. / Pxhere

Un juego muy popular

Este juego se ha convertido en una actividad más en encuentros y fiestas populares. Fue la sociedad americana la que la integró en ferias y festivales multitudinarios. Era considerado como un entretenimiento fácil de entender, distraído y que, además, servía para los organizadores como una manera rápida de obtener una buena recaudación. El primer bingo popular se dio en 1929 en Atlanta, Estados Unidos.

Es de especial mención el papel de la iglesia, un punto reunión histórico de los ciudadanos. Muchos centros religiosos vieron en los cartones y las bolas una buena manera de recaudar fondos y financiar las reformas de los centros. Publicitariamente este detalle fue clave para que se ampliara el número de seguidores y acercar a más personas a las misas.

No podemos obviar tampoco el interés y la inquietud que despierta este juego mientras se está practicando. El hecho de ir descubriendo poco a poco las diferentes bolas y competir al mismo momento con gente en directo despierta un cierto sentimiento de competitividad sana. Tiene todos los elementos para seguir siendo habitual tanto en la red como en encuentros de vecinos en las fiestas populares.

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