Cuatro consejos para garantizar una buena conversación en la primera cita
Por ser el momento en que las dos personas apenas empiezan a conocerse el primer encuentro puede peligrar por silencios incómodos.
La primera impresión es algo que nunca se olvida. Eso aplica para absolutamente todo, pero especialmente para las parejas que empiezan a conocerse. Por eso, en la primera cita es importante platicar todo lo posible pues eso demostrará si hay o no química entre ambas personas. Para quienes se ponen nerviosos en esa primera cita, a continuación cuatro formas sencillas de iniciar y sostener una buena conversación en esa tan importante cita:
1. Las preguntas clásicas
Que sí, que hay preguntas que probablemente le han hecho a la otra persona hasta el cansancio, como cuáles son sus pasatiempos, que música le gusta escuchar y un largo etcétera. Pero si se usan tanto es por algo, entonces nunca está de más acudir a la vieja confiable. Eso sí, una pregunta que puede poner a pensar a la persona es “¿Qué es lo que más te gusta de tu carrera?”.
2. Aprovechar el lugar en el que están
No es difícil. Se puede decir “había oído hablar sobre este lugar”, por ejemplo, pero solo si de verdad ya se había oído hablar del lugar elegido. Si definitivamente no se conocía el restaurante, sala de cine o donde quiera que estén, se puede buscar algo que haya en éste y hablar sobre él. Por ejemplo, si van a un restaurante y uno de los platillos principales le recuerda a alguien a una receta de su ciudad natal, pues la otra persona querrá saber de la dichosa receta y, de paso, de la ciudad de la que viene su cita.
3. Datos curiosos
Aquello de “sabías que…” es otro cliché y puede sonar hasta forzado, pero lo cierto es que a todos les cae bien un poco de conocimientos aleatorios. Eso sí, no se vale contar cinco datos curiosos de las hojas de la palmera. No, tienen que ser cosas de interés general y de verdad curiosos, como por ejemplo costumbres de otros países, de los planetas del Sistema Solar, etc.
4. Preguntas al azar
Siempre se puede confiar en las preguntas hasta cierto punto ingenuas. Estas preguntas pueden provocar una sonrisa en la otra persona y pueden llevar a un tema posterior. Por ejemplo: ¿Qué canción cantas cuando te bañas?, ¿qué sería lo primero que te comprarías si ganaras la lotería?