Cómo manejar las relaciones interpersonales difíciles

¿Te consideras una persona de fácil relación? ¿Qué aspectos crees que necesitas mejorar y qué habilidades de comportamiento necesitas desarrollar para tener relaciones interpersonales más felices, duraderas y satisfactorias?

Etimológicamente, relación es una palabra simple, pero en términos prácticos implica una inmensa complejidad, un desafío constante y diario. 

Relacionarse con uno mismo es a menudo difícil en sí mismo, dependiendo del grado de autoconocimiento, nuestra madurez emocional y la capacidad de comprender y ser comprendido por el otro.

Cada ser humano es complejo, multifactorial y multideterminado, siendo atravesado por una historia de vida, cultura y modelos sociales que generaron una subjetividad, una forma única de percibir y evaluar entornos, contextos y de tomar lecturas fenomenales de hechos y personas. En definitiva, cada uno se aparta de la realidad de forma muy personalizada.

En este caso, imagina cuándo el problema es relacionarse con el otro; entonces esta complejidad aumenta, ya que todos tenemos nuestra idiosincrasia y por ello es necesario desarrollar ciertas habilidades y competencias que puedan garantizar una relación sana y enriquecedora en el aspecto relacional, como la empatía, el respeto y la aceptación del otro.

En este contexto, entra en juego también la cuestión de acoger al ser en su individualidad e integridad, sin olvidar los criterios de límites, que son necesarios para establecer el punto de equilibrio de lo que queremos y necesitamos compartir con el otro, ya sea en el aspecto físico o simbólico.

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¿Cómo lidiar con las relaciones interpersonales difíciles?

No existe una receta preparada cuando se trata de relaciones interpersonales. Sin embargo, enumeré aquí 6 aspectos que creo que son esenciales para desarrollar y mantener relaciones saludables:

1. Diálogo

Me gustaría enfatizar el tema del diálogo y la crítica constructiva en las relaciones que bien dirigidas, generan crecimiento y aprendizaje personal y relacional. Cultivar el diálogo es tan importante que un malentendido puede evitarse o aclararse ante una buena conversación.

2. Empatía

Haga la siguiente pregunta si ha estado involucrado en dinámicas relacionales problemáticas: ¿Es lo "difícil" realmente el otro? Es importante que las personas comprendan sus actitudes y comportamientos para que puedan verificar la posible necesidad de cambios. Igualmente importante es permitir el proceso de reunión desarrollando un diálogo empático. La empatía es fundamental en este proceso, poniéndose en el lugar del otro.

3. Respeta el punto de vista del otro

Cada persona tiene una percepción única de un fenómeno dado, haciendo un corte específico de la realidad, en función de su subjetividad, no teniendo la capacidad de visualizar y percibir el fenómeno en su totalidad. Así, si uno lo percibe de una manera y el otro lo percibe de otra, no significa que ambos estén bien o mal.

Significa que ambos verificaron aspectos diferentes en un momento específico, haciendo una lectura diferente. Por tanto, es necesario aprender a respetar el punto de vista del otro, y mucho más, para tratar de comprender cómo es el otro, sin abstenerse de la propia individualidad. Las diferencias deben ser siempre motivo de crecimiento y nunca de separación o segregación.

4. Tolerancia a lo diferente

Vivimos en un mundo de diversidad y esta es su riqueza. La tolerancia es la capacidad de reconocer una otredad legítima en el otro, donde, a partir de discrepancias, en lo diferente, tenemos la oportunidad de desarrollar habilidades como la armonía y la capacidad de comprender al otro.

5. Normas de conducta y ética

Todas y cada una de las sociedades presentan su sistema de valores, comportamientos y normas sociales, que se legitiman en la propia vida social. Cualquiera que huya o se desvíe del estándar establecido en el “contrato social” queda al margen. Esto sucede porque sin reglas de conducta, las relaciones se desorganizan.

6. La importancia de escuchar

El arte de escuchar es una base importante para el diálogo y, en consecuencia, para el éxito en cada interacción. Escuchar demuestra interés e interpretación de los hechos, donde hay participación en el discurso del otro. A partir de esta conducta de escucha y diálogo, evitamos conflictos y posibilitamos el desarrollo de otros atributos como el compañerismo, la aceptación y la tolerancia.

Desafortunadamente, en algunos casos, la relación se volvió inviable debido al alto grado de toxicidad que se desarrolló. En este caso, lo mejor es hacer una pausa para crear nuevas perspectivas de acercamiento en otro momento. @mundiario