El chisme y el triple filtro de Sócrates

Chicas hablando de otra persona a sus espaldas./ Barbora Franzová en Pixabay.
Chicas hablando de otra persona a sus espaldas./ Barbora Franzová en Pixabay.
Sócrates, un filósofo griego, explicó en un diálogo con un amigo cómo podemos lidiar inteligentemente con los chismes. En este discurso, explica que toda la información que nos llega debe pasar juiciosamente a través de tres filtros. Echa un vistazo a la interesante propuesta de este sabio filósofo ateniense.
El chisme y el triple filtro de Sócrates

La infame murmuración, también conocida popularmente como chisme, es uno de los problemas interpersonales y relacionales más antiguos que se conoce, siendo una postura poco ética e irresponsable. Por ello, es una actitud que puede promover consecuencias desastrosas o incluso desagradables. El chisme puede relacionarse con la falsedad y la envidia, y por tanto ser generador de intrigas, conflictos y discordias.

El chisme existe desde tiempos inmemoriales, cuando el hombre desarrolló el lenguaje, probablemente en el Paleolítico. Por tanto, el proceso de comunicación no es solo una inclinación humana natural, sino que forma parte de su naturaleza intrínseca. Estamos dotados de lenguaje y esto obviamente nos permite estar siempre en comunicación, interacción, socialización, intercambiando información, con el objetivo de hacer la vida más fácil.

Pero, ¿en qué medida es beneficiosa esta comunicación, yendo más allá de los límites de la ética y las relaciones saludables con los demás, incluso sin respetar los límites de la integridad y la moral en nuestras relaciones?

Sócrates, un filósofo griego, explicó en un diálogo con un amigo cómo podemos lidiar inteligentemente con las murmuraciones. En este discurso explica que toda información que nos llegue debe pasar juiciosamente por los filtros de verdad, bondad y utilidad, para que se pueda propagar de esta forma.

En otras palabras, la información que se transmitirá a otras personas debe:

1- Ser un hecho absolutamente real, sin alteraciones ni distorsiones ni interpretaciones subjetivas de la realidad;

2- Debe tener como objetivo principal un acto de bondad, con el fin de ayudar y servir a los demás, es decir, que no pretenda dañar o empañar la imagen de personas, grupos, sociedades u organizaciones;

3- Y finalmente, que siempre sea información útil en beneficio de las personas y la comunidad;

El chisme surge por diferentes motivos: porque queremos ser aceptados en un grupo, porque queremos llamar la atención de los demás, por venganza, por celos, o simplemente porque queremos “perder el tiempo”.

Sin embargo, la razón principal es que no tenemos metas definidas, es decir, además de reflejarnos en otras, en su mayoría estamos ociosos.

Entonces, cuando estamos desocupados e insatisfechos con nosotros mismos, sin metas y propósitos en la vida, nuestra autoestima es baja y percibimos la vida del otro como más interesante, dando paso a otros sentimientos como la envidia y el resentimiento. Como mencioné en otro texto, todos somos únicos y especiales. Al observar la vida del otro, nuestra vida se olvida, se atasca, no se desarrolla ni prospera, ya que no nos estamos enfocando en nuestros propósitos, sino en hablar de la vida de los demás.

Haz tu vida más interesante, más fascinante porque también tienes muchas cualidades y recursos. Desarrollarlos.

El chisme también tiene otro punto negativo: vuelve hostil cualquier entorno, ya sea en la vida personal o social, ya que viola los derechos de las personas, trayendo consecuencias negativas, a veces irreparables. Todo el mundo sabe cómo comienza el chisme, luego se distorsiona de una manera como en el juego de los teléfonos inalámbricos; con sedimentaciones de información adicional y distorsiones.

Al final, nadie sabe cómo se llegó a una historia totalmente diferente y creativa. Mucho menos se sabe quién dijo, quién inventó y propagó. Por esta razón, el chisme no tiene identidad.

Sin embargo, ciertamente hay personas dañadas y con imágenes empañadas, lo que dificulta eludir la situación o incluso revertirla. Entonces, ¿por qué involucrarse en situaciones infructuosas o dañinas? ¿Qué tal ocupar nuestro tiempo con algo que nos beneficie?

Debemos revisar nuestras posturas y valores, posicionarnos como personas de bien, siempre sembrando armonía y paz, siendo un instrumento de crecimiento y bienestar común. Con este fin, debemos filtrar los rumores, la información que nos llega, no interactuar con chismes o emitir juicios rápidos.

Utilice siempre el filtro de la verdad, la bondad y la utilidad. Si lo hacemos, nos abstendremos de juicios precipitados, aversiones infundadas y aversiones interpersonales acríticas. "Porque los otros dijeron". "Porque el otro hizo esto o aquello, en ese “me dijo-dijo”  no lleva a nada bueno.

Creo que deberíamos discutir ideas, propósitos, situaciones. Discutir cuestiones políticas y sociales, no discutir el comportamiento directo de las personas; peor aún, opinar sobre su vida sin su consentimiento y sin agregar nada que los beneficie.

El mundo necesita pensadores, interrogadores, evaluadores, personas que marquen la diferencia, que se preocupen por las cosas esenciales, que promuevan el cambio y que se preocupen por los demás de una manera positiva y responsable.

Como decía Freud: "Cuando hablo del otro, en realidad hablo más de mí que del otro". No lo olvides: es una pequeña chispa que enciende un incendio. Por tanto, al enviar o recibir cualquier información, no olvides si estás utilizando los tres filtros: verdad, bondad y utilidad. @mundiario

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