Aprendiendo a vivir la Navidad sin que nos atrape el consumismo

Consumismo./ RR.SS
Consumismo en Navidad. / RR.SS

La fecha de paz y amor, se traduce entonces en estrés, angustia, nos lleva a endeudarnos, a buscar lo que no se tiene para gastar.

Aprendiendo a vivir la Navidad sin que nos atrape el consumismo

Siempre escuchamos hablar del consumismo, de que vivimos en un mundo donde todos debemos movemos por ese fenómeno. Obviamente consumimos los bienes requeridos para subsistir, pero realmente lo que nos hace una sociedad “consumista” es la adquisición de bienes superfluos en determinadas épocas del año.

Sin darnos cuenta la forma de vida nos lleva a una lógica de consumismo,sumado a los ritos, y los estereotipos de la sociedad.

Con cada Navidad se desatan las ansias del consumismo, es algo innato, no hacerlo nos lleva a pensar que estamos a la cola de todo el mundo.

De esta manera nos montamos en la ola consumista, que nos lleva, a no saber qué es lo que estamos decidiendo en la época más bonita del año.

La meta es salir de compras, no importa qué se compra, la simple acción nos mueve a adquirir “cualquier cosa”.

¿Cómo vivimos la Navidad?

  El Adviento no había llegado pero seguramente en noviembre  ya pensábamos en los regalos de Navidad.

En lugar de repasar la  “Buena Nueva” del Evangelio,nos sumimos en revisar las ofertas de las tiendas. Porque la misma publicidad en todos sus sentidos no vuelve consumistas incontrolables.

La fecha de paz y amor, se traduce entonces en estrés, angustia, nos lleva a endeudarnos, a buscar lo que no se tiene para gastar.

Incluso pensamos en la dieta del año nuevo, porque es casi que una condición obligada comer de más en estas fiestas.

Los regalos no pueden ser considerados solamente como un gesto material, más allá de lo tangible, un gesto de amor, un abrazo, una llamada, una caricia sincera en la Noche Buena, pueden cambiar ese día para un familiar o amigo, y al mismo tiempo sembrar ese sentimiento de gratitud hacia nosotros. 

  Los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús que se hizo hombre, desde un pesebre para demostrar al mundo cuando se hizo de carne y hueso, de lo que podemos ser capaces de ser como humanos.

No existe gesto de amor más grande que recordar, este regalo incondicional de Dios a la humanidad y vivirlo en Navidad. Como lo dijo el Papa Francisco cuando celebró el Angelus , en el  tercer domingo de Adviento, “Domingo de la Alegría”:  siempre sé feliz, reza sin interrupción, da siempre gracias.

“Cuando recen en casa, ante el pesebre con sus familiares, déjense atraer por la ternura del Niño Jesús, nacido pobre y frágil en medio de nosotros, para darnos su amor. Ésta es la verdadera Navidad. Si quitamos a Jesús, ¿qué queda de la Navidad? Una fiesta vacía. No quitar a Jesús de la Navidad: Jesús es el centro de la Navidad, ¡Jesús es la verdadera Navidad ¿Entendido? ”. No se equivocó el Santo Padre. @mundiario

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