Historias de las Copas del Mundo: Cuando Didí estuvo por encima de Pelé

Didí, jugador brasileño campeón de las las Copas del Mundo de 1958 y 1962. / www.fifa.com
Didí, jugador brasileño campeón de las las Copas del Mundo de 1958 y 1962. / www.fifa.com
El Mundial de Suecia en 1958 fue el escenario donde irrumpió el legendario número 10 de la canarinhapero el veterano mediocentro, fue el gran líder de la selección brasileña. 
Historias de las Copas del Mundo: Cuando Didí estuvo por encima de Pelé

En los libros de historia el Mundial de Suecia de 1958 será recordado como el primer gran torneo en el que participó Edson Arantes do Nascimento, más conocido en el planeta como Pelé. Ciertamente, la aparición del atacante paulista fue todo un acontecimiento, porque se trataba de un futbolista muy distinto a todo lo visto con anterioridad, un caso similar al de José Leandro Andrade, aquel mago del balón uruguayo apodado La Maravilla Negra, que dejó a todos con la boca abierta, durante su participación en los Juegos Olímpicos de París en 1924.

Andrade y Pelé eran unos genios del fútbol, pero el brasileño además de técnica, visión y fortaleza física, también gozaba de velocidad, un instinto asesino de cara al gol que le permitía anotar con una facilidad pasmosa con ambas piernas o de cabeza, gracias a su poderosa capacidad de salto, que le permitía imponerse en los duelos aéreos ante adversarios más altos. 

A pesar de sus increíbles características, el seleccionador de su país, Vicente Feola, no lo utilizó en los dos primeros partidos del combinado amazónico en el torneo durante la fase de grupos, ante Austria e Inglaterra.  Contra la Unión Soviética fue el estreno del jovencito de 17 años y el resto es historia. Anotó 6 goles y su concurso fue vital para el primer título mundial de Brasil

Selección brasileña ganadora del Mundial de 1958. / @FIFAWorldCup
Selección brasileña ganadora del Mundial de 1958. / @FIFAWorldCup

El crack era Didí

Los ojos del mundo estaban pendientes de Pelé, tras su gran actuación contra los soviéticos, sin embargo el gran as del campeonato fue Didí. El carioca era un centrocampista dotado de clase y técnica individual, al alcance de muy pocos en la historia del balompié. Desde su posición como mediocentro y con el número 6 en la espalda,  atacaba y defendía con la misma solvencia. Feola contaba con la experiencia del jugador del Botafogo, para liderar aquel equipo.

El futbolista de casi 30 años, al que apodaban El Príncipe etíope, llegaba a Suecia en el mejor momento de su carrera, y así lo demostró. Fue el motor que llevó a Brasil hasta la final, amparándose en sus letales conexiones con los atacantes, especialmente con Vavá, Garrincha y el propio Pelé. Su mejor aliado en las labores defensivas fue Zito, un pivote que sabía cubrir las espaldas de su talentoso compañero, cuando este adelantaba su posición. 

Jugó todos los partidos de la Copa, pero se recuerda especialmente su único gol. Llegó en las semifinales, en un partido trepidante que los enfrentó a Francia, un equipo que bajo la batuta de Raymond Kopa y con los goles de Just Fontaine, podían apartar a Brasil de su sueño de llegar a la gran final. Con el partido empatado 1-1, Didí sacó a relucir su portentoso disparo a pelota parada.

La aparición de un mítico disparo

Casi cinco minutos antes de finalizar el primer tiempo, Didí batió al guardameta francés Claude Abbés con un tiro que inventó él mismo años atrás: la folha secaLa técnica provocaba un movimiento brusco del balón que cambiaba de posición cuando estaba a punto de llegar a la portería. El sitio web de la FIFA, publicó el extracto de una entrevista que concedió el jugador brasileño, en la cual explicó el origen de esta habilidad.

La folha seca de Didí. / @FIFAWorldCup
La folha seca de Didí. / @FIFAWorldCup

Tras sufrir una lesión en el tobillo, a pesar de su tratamiento el dolor era todavía muy intenso y no le podía pegar al balón. "Entonces un día, tonteando, le pegué al balón anormalmente, con tres dedos, y no sentí ningún dolor. ‘Vaya…’, pensé. Empecé a golpearle con tres dedos y me di cuenta de que, después de haber volado un poco, el balón cambiaba bruscamente de dirección." 

Al ver lo que había conseguido, el centrocampista siguió practicando hasta conseguir perfeccionar el disparo. Después de mucho tiempo el trabajo dio sus frutos. “En 1957, nos enfrentábamos a Perú en un clasificatorio mundialista. Teníamos que ganar. Yo marqué el único tanto del partido con una folha seca. Si no hubiese sufrido esa lesión contra el América, ¿Quién sabe lo que habría pasado?”.

El gol que cambió la historia

La confianza de los franceses se vino abajo después del gol de Didí. Brasil llegó al descanso con el marcador a su favor 2-1, pero en la segunda parte le pasaron por encima a sus rivales. Pelé anotó un hat-trick memorable que dejó el partido sentenciado. Roger Piantoni maquilló el resultado en el minuto 83.

Los aficionados brasileños que presenciaron el encuentro en el Estadio Råsunda, en la localidad de Solna, aplaudieron al joven delantero, pero sin el tanto de Didí, quizás la historia sería muy distinta. Los sudamericanos se instalaron en la finalísima, con el objetivo de dejar atrás lo ocurrido ocho años atrás con El Maracanazo.

Suecia era el último escollo para conseguir el primer título mundial. Didí fue protagonista abriendo los caminos para que los suyos destrozaran a la defensa nórdica, con otra gran exhibición. Pelé ponía al mundo a sus pies, pero la FIFA distinguió a Didí como el mejor jugador del Mundial de 1958. El Príncipe le ganó la partida al Rey.@mundiario

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