¿Cómo funciona la financiación de un coche?

Chica en un coche.
Chica en un coche.
A la hora de elegir seguros de coche hay que tener en cuenta aspectos como el coste del mismo, el presupuesto disponible y las coberturas.
¿Cómo funciona la financiación de un coche?

Si bien hay muchos afortunados que pueden permitirse adquirir un coche pagando a toca teja, sin necesidad de financiar ese gasto, lo cierto es que buena parte de la población debe acudir a préstamos y líneas de crédito para conseguir su vehículo.

Hoy te explicamos qué pasos hay que seguir para obtener una buena financiación. Es importante seguir este tipo de indicaciones, porque con ello lograrás ganar seguridad al negociar las condiciones del préstamo.

Solicitar el préstamo

La primera preocupación que surge es que, al no tener suficientes ahorros para abonar todo el coste del vehículo, o bien porque decides conservar los ahorros para futuras ocasiones, tienes que solicitar un prestamo para coche.

Aquí surgen varias posibilidades, la mayoría de concesionarios ya trabajan con sus financieras habituales, pero existe la opción de que seas tú mismo el que presente una propuesta a la empresa que te vende el coche.

Al final, esta lo que quiere obtener es el coste total, luego es menos relevante qué entidad financiera preste el dinero al usuario final. Sea como fuere, estudia bien si es posible esta opción y valora internamente si puedes cubrir todos los gastos que supone pedir un préstamo.

Situación financiera del solicitante

Este punto es igualmente importante. Las entidades financieras, a la hora de conceder un crédito, evalúan con detalle la viabilidad de la operación para minimizar riesgos. Todos los bancos y entidades que ofrecen financiación analizan de manera pormenorizada la situación crediticia de los solicitantes. Así pueden descubrir cuál es su capacidad de pago y cómo han respondido ante peticiones de financiación anteriores.

Dicho en román paladino, es poco probable que te concedan un préstamo si no tienes una suficiente solvencia económica, ya sea mediante un aval o con unos ingresos económicos recurrentes.

Las condiciones del préstamo

El tercer aspecto a considerar son las condiciones de la financiación. Todos los préstamos están sujetos a una tasa de interés y un plazo de pago que varía en función del solicitante y su perfil crediticio, el valor del vehículo y las condiciones del mercado.

La tónica genera es que, cuanto más largo sea el contrato con la entidad financiera, más baja será la cuota mensual a pagar, pero más elevada será la tasa de interés. Así, si el plazo de pago para el préstamo se alarga, el usuario final acaba abonando más dinero por el coste de su vehículo.

Pongamos un ejemplo, si el coche cuesta 15.000 euros y el cliente decide pagarlo en cuatro años, la cantidad de dinero total que abona a la entidad financiera, que es quien presta ese dinero, es menor que en el caso de que ese mismo cliente hubiera optado por un contrato de cinco años.

Pero con la segunda fórmula, la cuota que paga mes a mes es algo más baja, lo que le permite tener más liquidez en el día a día para afrontar otros gastos. Por otra parte, el valor del vehículo y las condiciones del mercado también influyen en la concesión del préstamo.

Pago de las cuotas y adquisición del vehículo

En realidad, una vez se firma el contrato con la entidad financiera y el concesionario, el cliente ya puede hacer uso de su coche. A partir de ahí llegan las cuotas, que habitualmente son mensuales.

Cada mes, la entidad financiera recibe una cuota más para ir recuperando el dinero invertido, y lo hace además con los intereses acordados por esta y el cliente. En muchos casos, la mayoría, el acuerdo de financiación está ligado al pago de una entrada inicial, una cantidad de dinero que se resta al coste total del vehículo.

En el proceso de pago de las cuotas es importante cubrir todas en tiempo y forma, pues la financiera puede aprobar penalizaciones por pago tardío o incumplimiento de las cláusulas firmadas. Si esto ocurre, se añaden gastos asociados que vienen ya fijados en el contrato de financiación.

Contratar un seguro

El paso final para recibir el vehículo, o mejor dicho, para circular con él, es contratar un buen seguro. La legislación española obliga a cumplir con este requisito. Si la DGT descubre que no estás en posesión de este documento, te caerá una sanción económica muy dura.

A la hora de elegir seguros de coche hay que tener en cuenta aspectos como el coste del mismo, el presupuesto disponible y las coberturas. Existen infinidad de variables de alternativas, aunque una de las más habituales y económicas es optar por un seguro que cubra daños a terceros. A partir de ahí podrás incluir otros añadidos hasta llegar al seguro a todo riesgo, que te permite estar seguro ante prácticamente cualquier accidente o incidencia.

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