Zara da limosna al Estado

Hay analistas políticos que sostienen que la diplomacia de la octava potencia económica del mundo se reduc
Zara da limosna al Estado
Hay analistas políticos que sostienen que la diplomacia de la octava potencia económica del mundo se reduce a los viejos enredos del ministro Moratinos en Palestina y a las entusiastas aportaciones de Leire Pajín a la cooperación con los países pobres. Más recientemente aparecieron observadores que también valoraron el sonriente papel de Trinidad Jiménez en Iberoamérica. Unos y otros se están quedando cortos.

La diplomacia española ya tiene abierto un nuevo frente que puede aportar realmente un cambio fundamental a las relaciones internacionales: la limosna, es decir, esa cosa que se da por amor de Dios para socorrer una necesidad, como bien define la Real Academia Española. Como Asuntos Exteriores carecía de recursos, será el hombre más rico de España, Amancio Ortega, fundador de Zara, quien pague las reformas de las habitaciones y de la fachada del palacio donde reside el embajador Francisco Vázquez en el Vaticano. El presidente de Inditex, en plena expansión en Italia, sufragará así las obras que la octava potencia económica mundial no puede afrontar.

Si cunde la nueva estrategia que Vázquez le ha inspirado a Moratinos, España no tardará en disponer de las mejores rehabilitaciones en sus rancias embajadas e incluso podría pensarse en extender esta nueva política a otros valiosos edificios de las administraciones central, autonómica y local. ¿Para qué va a pensar España en dotarse de una diplomacia moderna que acompañe a sus empresas en el exterior, como hacen los países avanzados, cuando puede ordeñar la vaca de sus nuevos millonarios? Si en el fondo este Moratinos está llamado a metas mucho más altas.