La Xunta debe pensar en el dinero de la fusión???

... sobre todo, por si tiene que aportar algo que la auditora KPMG no supo cuantificar. Y ese dinero ya sabemos todos de
La Xunta debe pensar en el dinero de la fusión???

... sobre todo, por si tiene que aportar algo que la auditora KPMG no supo cuantificar. Y ese dinero ya sabemos todos de donde puede salir, si fuese menester…

El proceso de fusiones de cajas de ahorros se está intensificando en todo el país como consecuencia de las severas advertencias lanzadas por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Mafo, y la caducidad del fondo habilitado por el Gobierno de Zapatero para financiar la reestructuración del sector, ya que el llamado FROB –siglas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, ¡menuda definición!– tiene autorización de la Comisión Europea hasta finales de junio, salvo que se prorrogue ante el retraso que acumula todo este complejo proceso.

Pronto habrá nuevos modelos de cajas pero, de entrada, se asistió como primer asalto a la transmisión en bloque de los activos y pasivos de una caja (CCM) a un banco, convirtiéndose la antigua caja en un mero tenedor de acciones de un banco, en una especie de fundación, sin actividad financiera, pero que, con los ingresos esperados de los futuros dividendos, mantendrá su obra social y el arraigo en la zona castellano manchega de origen. CCM será, pues, una fundación y toda su actividad financiera se habrá bancarizado o privatizado en una sociedad anónima bancaria. Es decir, CCM mantiene su obra social exclusivamente y pasa a ser accionista de un banco con sede, por ahora, en Oviedo.

¿Será así para todas las cajas en el futuro? Cuando menos, es lógico que la pregunta esté en el ambiente, dada la tendencia a bancarizar el sector financiero español. Repárese en que CCM es minoritaria y, en consecuencia, no controlará el banco que por ahora está en manos de Cajastur. Con este primer movimiento, el Banco de España puede haber desvelado su estrategia con los llamados SIP, ya que a nadie que conozca la normativa bancaria actual y el previsible endurecimiento que se va a producir con la anunciada Basilea III se le escapa que la gestión bancaria requiere de unidad en la dirección y gestión de riesgos, y que esto es absolutamente incompatible con un modelo de varias cabezas, como el sugerido por el nuevo sistema. Por otro lado, la reversibilidad de estos procesos solo cabe en la mente de quien desconozca la lógica de los mercados crediticios y la concesión del rating. La financiación en los mercados de dinero se sujeta a estrictas cláusulas que exige la responsabilidad de todos los activos tomados en consideración a la hora de la concesión del rating o del propio riesgo, con lo cual una entidad o conglomerado de entidades de crédito estilo SIP son prácticamente indivisibles. Vamos, con difícil vuelta atrás.

Lógicamente, todo esto en Galicia también se conoce, por lo que es normal que las partes implicadas –caixas y Xunta—estén viéndole las orejas al lobo. Ahora que se han puesto ciertas cosas en su sitio y que se sabe lo que hay que hacer, toca hablar de personas y de sedes pero, de entrada, de dinero. Con dinero se puede arreglar todo lo demás; al revés, no. El papel de la Xunta no será menor, y máxime si también tiene que poner su parte, en euros y no en leyes ni en declaraciones, que eso es fácil…

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