Verano nublado para ZP

Difícilmente puede haber queja del tiempo de este verano en la playa o en la montaña, salvo por un cierto
Difícilmente puede haber queja del tiempo de este verano en la playa o en la montaña, salvo por un cierto exceso de calor. Sin embargo, el Gobierno ha tenido la mala suerte de que su tiempo político amaneció casi siempre nublado, e incluso con tormentas. Las vacaciones de ZP han estado plagadas de sobresaltos, incidentes, accidentes y catástrofes. Del caos en el aeropuerto de El Prat se pasó a los incendios en Galicia, el desasosiego de ETA, el accidente ferroviario de Palencia y una incontrolada llegada de inmigrantes que constituyen ya nuevos elementos del enfrentamiento total entre el Gobierno y la oposición conservadora. Se avecina, pues, la reanudación de la confrontación permanente, mientras se acercan las elecciones municipales y autonómicas, con una escala previa en las catalanas. Casi nada.

Ni siquiera el frente vasco aportó novedades positivas el mes que se había anunciado como idóneo para entablar las primeras conversaciones del diálogo con ETA. Patxi López le miró a los ojos a Arnaldo Otegi en busca de la legalidad de Batasuna pero ésta sigue en el aire, a la espera de que los independentistas vascos acepten ponerse el cinturón de la ley de partidos, una de las pocas cosas que sigue uniendo a PP y PSOE.

A la vista tenemos, por tanto, muchos deberes para el nuevo curso político, donde también pueden anotarse al menos dos datos positivos: la economía tiene sus problemas, como todo en la vida, pero sigue tirando del carro de todos, y la selección española de baloncesto es una máquina; algo así como la envidia del pretencioso fútbol hispano. En la gran final de Japón, la generación Gasol ya protagonizó la mejor noticia del verano.