¿Van a privatizarse todas las cajas menos la de Galicia?

Se supone que la conselleira Currás habrá revisado bien dos cosas: una, la auditoría del mill&oacut
¿Van a privatizarse todas las cajas menos la de Galicia?

Se supone que la conselleira Currás habrá revisado bien dos cosas: una, la auditoría del millón de euros que decía que todo era maravilloso en la fusión de las cajas, y dos, los papeles que le enviaron las propias entidades. Si como dice ella, alguien hizo malas inversiones, la Xunta tuvo acceso a esa información, del mismo modo que el Banco de España

LAS CLAVES DEL SECTOR

1. El presidente Zapatero ya ha emplazado a las cajas a buscar capital privado

2. Según el presidente andaluz, quedarán cuatro cajas en toda España

3. La Caixa, que no tiene problemas, también anunció que prepara su privatización

4. En Galicia prevalece un manto de silencio, solo roto desde Xornal

5. Feijóo avaló una fusión que no es la que quería, pero que ya es la que bendijo

6. La Oposición o bien no se entera o bien no quiere darse por enterada de lo que pasa

7. NCG sigue trabajando a su ritmo, consciente de que hay decisiones que la superan

Hasta hace poco eran más bien los expertos económicos o los analistas próximos al Banco de España los que advertían de que las cajas de ahorros iban a ser privatizadas, al tiempo que concentradas al máximo. Ahora ya no.

Son los propios dirigentes políticos, empezando por el presidente del Gobierno, los que asumen estas tesis y hablan abiertamente de privatización de las cajas, sin duda la mayor operación económica de la historia de España, ya que estas entidades representan la mitad del sistema financiero y concentran un nivel de activos que en el pasado ni hubiera sido imaginable.

Pues bien, semejante operación se hará sin apenas debate político y casi sin que la gente se entere de lo que está pasando, lo cual es posible, entre otras razones, por el pacto tácito entre PSOE y PP. Para esto, Mariano Rajoy sí está de acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero.

Ahora ya sabemos que no serán quince, sino cuatro o cinco las cajas de ahorros que sobrevivirán en España, donde hasta hace bien poco había 45. Lo dijo estos días el presidente andaluz y ex ministro José Antonio Griñán sin que nadie matizara una línea de sus palabras.

Además, también hemos sabido en vísperas de los Reyes Magos, y nada menos que por boca del presidente del Gobierno, que las cajas de ahorros deben incrementar su capital preferentemente por la vía privada, incluso antes que recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que es –¿o ya hay que decir ‘era’?– el instrumento creado por el Estado para ayudar al sector financiero mediante el préstamo de dinero a cajas y bancos.

CONCENTRACIÓN Y PRIVATIZACIÓN

En resumidas cuentas, que en apenas unos meses España se ha cargado la mitad de su sistema financiero y con ello más de un siglo de tradición económica, social y cultural, protagonizada por unas peculiares entidades que no eran de nadie pero que durante mucho tiempo han contribuido a vertebrar el país, sobre todo en el ámbito local. Ahora casi todo el mundo asume que su situación es tan penosa que hay que concentrarlas y privatizarlas, pero nadie alza la voz para reivindicar y, mucho menos aún, ofrecer una alternativa.

A este paso, las autonomías y los ayuntamientos de las grandes ciudades van a quedarse con mucho poder político aparente pero sin capacidad de influencia en las inversiones productivas. En este sentido, España también camina en sentido contrario a Alemania, donde sus cajas de ahorros no pueden salir de sus territorios pero allí donde existen invierten en la economía productiva, es decir, en proyectos empresariales con los que innovan, crean empleo y exportan. Aquí se va a concentrar prácticamente todo el poder financiero en Madrid, lo que nos devuelve en buena medida al pasado.

LOS SILENCIOS DE GALICIA

Por extrañas circunstancias que algún día también habrá que explicar, este debate de las cajas, el de verdad, tampoco se quiere abordar desde Galicia, donde se sigue hablando como si lo que dijo Zapatero fuese una broma o si el anuncio de que se va a privatizar incluso La Caixa no existiera.

El silencio cómplice del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo y la tentación fácil de su conselleira de Facenda de ir buscando culpables en las cajas puede explicarse como táctica política, pero todavía se entienden menos los papeles de los dos partidos de Oposición y, hasta cierto punto, el de la propia NCG. Más tarde o más temprano, tendrán que hablar, y mucho, aceptando incluso que NCG sigue trabajando a su ritmo, consciente de que hay decisiones políticas y del Banco de España que hoy por hoy le superan.

En cuanto a la conselleira Marta Fernández Currás, que ha observado en público malas inversiones de las cajas en el pasado, se supone que antes de hacerlo habrá revisado bien dos cosas: una, la auditoría del millón de euros que decía que todo era maravilloso, y dos, los papeles que le envían las cajas, ya que éstas no solo están controladas por el Banco de España, sino también por la Xunta. ¿O va a resultar ahora que Currás no se los hacía mirar y que su presidente ignora todo lo que pasó?

UN ASUNTO IMPORTANTE

Por desgracia, no estamos hablando de un asunto menor para Galicia, sino probablemente del asunto más importante que se trae entre manos el Gobierno de Feijóo desde que abanderó una fusión que no es la que él quiso, pero que es la que él bendijo.

Ahora que el presidente llega descansado y relajado de América haría bien en contarnos algo. Y a ser posible, la verdad, que ojalá responda favorablemente a la pregunta de esta carta.

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