Touriño y Teresa Táboas
Los estrategas de los principales partidos políticos de Galicia empiezan a buscar argumentos para la cada vez m&a
Los estrategas de los principales partidos políticos de Galicia empiezan a buscar argumentos para la cada vez más cercana campaña electoral, cuya fecha debe fijar el presidente de la Xunta, aunque de momento solo estamos viendo lo que dice al respecto la prensa de Madrid y las sugerencias -¿se dice así?- que le hacen a Touriño algunos empresarios para que se dé prisa y convoque cuanto antes a los gallegos a votar. La oposición tiene claro que basará su campaña en destacar que el Gobierno de Touriño no funciona, lo cual tiene su lógica en clave popular.
Sin embargo, en el Gobierno bipartito, lejos de cerrar filas bajo la tormenta de la crisis, hay gente más empeñada en restar que en sumar. Algunos parecen no darse cuenta de que si desde el frente socialista se le ponen palos en la rueda al ala nacionalista, cabe el riesgo de que el avión que comparten, aunque tenga dos motores, vuele con más dificultades de las previstas. Un botón de muestra en medio de un aluvión de celos desatados: lejos de aprovechar la exitosa actuación de la conselleira de Vivenda, Teresa Táboas, su propio presidente tolera que algunos alcaldes del PSOE se enreden en dificultar una política que se supone que es de todo el Gobierno de Galicia. A no ser, claro, que haya alcaldes que, en defensa de meros intereses especulativos, quieran torpedear políticas públicas, progresistas, beneficiosas para la mayoría de los ciudadanos y no solo para dos o tres promotores que tienen casas sin vender y a quienes las viviendas de Teresa Táboas les pueden terminar de aguar la fiesta.
La arriesgada actuación de la alcaldesa socialista de Arteixo, Pilar Souto, es, en ese sentido, una demostración de que las cosas se pueden hacer mejor, a no ser que el PSOE quiera ignorar las directrices de su verdadero hombre fuerte, José Blanco, a quien ciertas prácticas –llamésmoslas por ahora extrañas- suelen gustarle poco. Tanto, que en las altas esferas del Partido Socialista ya hay quien quiere saber qué está pasando –de verdad- en el Arteixo socialista.
Sin embargo, en el Gobierno bipartito, lejos de cerrar filas bajo la tormenta de la crisis, hay gente más empeñada en restar que en sumar. Algunos parecen no darse cuenta de que si desde el frente socialista se le ponen palos en la rueda al ala nacionalista, cabe el riesgo de que el avión que comparten, aunque tenga dos motores, vuele con más dificultades de las previstas. Un botón de muestra en medio de un aluvión de celos desatados: lejos de aprovechar la exitosa actuación de la conselleira de Vivenda, Teresa Táboas, su propio presidente tolera que algunos alcaldes del PSOE se enreden en dificultar una política que se supone que es de todo el Gobierno de Galicia. A no ser, claro, que haya alcaldes que, en defensa de meros intereses especulativos, quieran torpedear políticas públicas, progresistas, beneficiosas para la mayoría de los ciudadanos y no solo para dos o tres promotores que tienen casas sin vender y a quienes las viviendas de Teresa Táboas les pueden terminar de aguar la fiesta.
La arriesgada actuación de la alcaldesa socialista de Arteixo, Pilar Souto, es, en ese sentido, una demostración de que las cosas se pueden hacer mejor, a no ser que el PSOE quiera ignorar las directrices de su verdadero hombre fuerte, José Blanco, a quien ciertas prácticas –llamésmoslas por ahora extrañas- suelen gustarle poco. Tanto, que en las altas esferas del Partido Socialista ya hay quien quiere saber qué está pasando –de verdad- en el Arteixo socialista.
