Un sosegado Primero de Mayo

El Primero de Mayo sigue siendo una jornada reivindicativa para los trabajadores sindicados, cuya capacidad de convocato
Un sosegado Primero de Mayo
El Primero de Mayo sigue siendo una jornada reivindicativa para los trabajadores sindicados, cuya capacidad de convocatoria suele verse mermada por el puente, especialmente en esta ocasión al juntarse varios festivos en Madrid, que aún así fue la ciudad elegida por los grandes sindicatos para sus actos centrales, con sus principales líderes al frente, bajo un caluroso sol de primavera.

Un año más se hizo patente la diversidad ideológica y territorial, sobre todo allí donde hay sindicatos nacionalistas, si bien existió una amplia coincidencia de fondo en torno a la reivindicación de más empleo estable y mejor protección social. En el caso de Galicia tampoco faltaron los aires de cambio político que van llegando desde las montañas sindicales.

Por sorprendente que parezca, es difícil encontrar manifiestos más afines del PSOE y del PP que los que hicieron públicos a propósito de esta jornada. En la España de Zapatero están quedando atrás las fuertes tensiones sociales que hubo con González y Aznar, y no digamos aquellas celebraciones franquistas del Primero de Mayo, festividad de San José Artesano, como se decía entonces.

El clima laboral, aunque no exento de tensiones, no es malo en España, donde los principales sindicatos valoran como positivo un diálogo social del que destacan la subida de las pensiones mínimas, el aumento del salario mínimo interprofesional y la aprobación de un reglamento más flexible de la Ley de Extranjería. El ministro Caldera ya puede estar contento, sobre todo si es capaz de dar continuidad a tanta bonanza.