Sobra neoliberalismo y falta socialdemocracia

España logró ser una de las diez primeras potencias económicas del mundo y uno de los países
Sobra neoliberalismo y falta socialdemocracia

España logró ser una de las diez primeras potencias económicas del mundo y uno de los países con mayor capacidad de crecimiento económico y de empleo con la legislación laboral que de repente ha sido denostada. También basó la redistribución de su bonanza en el Estado de las autonomías, que ahora pasa poco menos que por ser el causante del déficit público, lo que da pie a la derecha política y mediática para abanderar la recentralización. Algo tan evidente como que este país no fue capaz de soportar la caída simultánea de la construcción y del sector financiero, arrastrado por una crisis global y el reventón de la burbuja inmobiliaria, se utiliza ahora como arma arrojadiza contra los sindicatos y contra el Gobierno, para mayor gloria de la derecha política y económica. ¿Quiere eso decir que el Gobierno lo hizo bien? Por supuesto que no, solo quiere decir que todo es más complejo de lo que se pretende hacer ver.

El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha cometido muchos errores en la gestión de una crisis desbordante, pero no ha sido el causante de la misma, lo que demuestra su torpeza y, a la vez, la habilidad de quienes sí la causaron y se están yendo de rositas, dejando atrás un lío económico, social y político del que ya veremos cómo se sale; máxime ahora que Bruselas ha tomado las riendas de la situación para combatir las especulaciones de los mercados financieros, en defensa del euro.

A estas alturas, en España sobra neoliberalismo y falta socialdemocracia. Sobran políticas de ajuste y faltan medidas de apoyo, lo que supone el rasgo más diferenciador con respecto a los planes de estabilización aplicados en otros momentos de la historia, como en los pactos de la Moncloa, en la reconversión de los ochenta o en los ajustes de los noventa. Por faltar también falta pedagogía política y económica –léase, por ejemplo, Guillermo de la Dehesa–, para que la gente sepa que los ajustes conducen a alguna parte y que con determinadas políticas y plazos se conseguirán los resultados que sean. ¿Problema? No hay hoja de ruta. Solo hay medidas impuestas por Alemania en defensa del euro, que no acaba de recuperarse de la crisis de Grecia, el país que falseó sus cifras de déficit y le dio a entender a los mercados que la deuda soberana podía tener los pies de barro.

>> LA CRISIS Y LA CORRELACIÓN DE FUERZAS.- Entre tanto, ha salido una encuesta que publicó El Periódico de Catalunya, de tendencia progresista y catalanista, que revela que PSC y ERC se desploman y ponen la mayoría absoluta al alcance del nacionalista Artur Mas, de CiU. No es un asunto baladí, ya que la vuelta de CiU a la Generalitat propiciaría un marco de diálogo muy distinto entre Zapatero y Mas. La estabilidad del Gobierno podría ser mayor, salvo que pase algo tan excepcional que haya que anticipar las elecciones generales. Pero en circunstancias normales, el socialista ZP podría relamerse de las heridas electorales del PSC buscando consuelo en los brazos de CiU; al menos en clave española. De hecho, quizá a modo de aperitivo, Zapatero quiere estar más arropado y compartir con CiU el coste político y el desgaste electoral que supondrá, sin duda, la reforma laboral. Claro que lo que para la base electoral de centro derecha de CiU puede ser positivo, es negativo para muchos votantes socialistas.

Lo que ni unos ni otros, incluido el PP, pueden perder de vista es que un supuesto partido del voto en blanco sería la tercera fuerza política de Cataluña, ya que se convertiría en la opción preferida del 11% de los votantes, en una clara señal de la desafección de los ciudadanos hacia la política en estos momentos de crisis económica y laboral. Como para tomar nota, empezando por Zapatero y su gobierno gastado.

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