La salida financiera de Galicia

El reajuste del sector financiero español está haciendo historia y lo más trascendente aún p
La salida financiera de Galicia

El reajuste del sector financiero español está haciendo historia y lo más trascendente aún puede estar por llegar. Vamos camino de privatizar las cajas de ahorros y de reducir el número de entidades resultantes, hasta configurar un mapa financiero con grandes entidades. Nada que ver, por tanto, con lo que hemos tenido en los últimos treinta o cuarenta años, con decenas de entidades de ahorro y financieras de carácter público y privado. Es lógico en estas circunstancias que Galicia busque una salida, no ya para su flamante caja de ahorros, sino para el conjunto de su sector financiero, donde conviven entidades como el Pastor, el Gallego o el Etcheverría. Los catalanes ya tienen su esquema dibujado: un gran banco de ámbito español, basado en La Caixa, y un segundo gran banco que podría pivotar sobre el Sabadell y CatalunyaCaixa.

¿Qué puede hacerse desde Galicia? De entrada, una consideración general: hay salida, si se quieren hacer las cosas bien y con sentido de país. Entre otras razones, porque ninguna otra comunidad autónoma, ni siquiera Cataluña, concentra tantas grandes fortunas como Galicia en estos momentos. Hablamos de dinero cash o cuasi líquido, por valor de varios miles de millones de euros, que es lo que se necesita para una operación como la privatización de cajas.

Claro que también caben otras opciones, además de soñar –quizá ya inútilmente– con mantener Novacaixagalicia (NCG) sin capital privado. Por ejemplo, cabe integrar la caja gallega con el Pastor, al estilo de Cataluña, donde algunos abanderan la unión (desmentida) de Banco Sabadell y CatalunyaCaixa.

Una tercera vía, sumar NCG a algunos de los SIP en marcha o a otro proyecto financiero español o extranjero, ya sería menos gallega, pero aún así se mantendría un mínimo de cuota de poder. La cuarta gran opción, la entrada de capitales de China, Rusia, Brasil o cualquier otro país con pasta fresca, no por ser hoy en día muy probable se convierte en la más recomendable.

Es tal la velocidad a la que va todo en el mundo financiero que da vértigo, mientras ya nadie habla de buscar soluciones públicas, como si el capitalismo especulativo fuese ajeno a la crisis que estamos sufriendo.

Los que aún apuestan por Galicia no son los locos. Seguramente son los más cuerdos en clave de país. Otra cosa es que les hagan caso.

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