Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall

En poco tiempo, José Luis Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall han pasado de ser la gran esperanza de sus
Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall
En poco tiempo, José Luis Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall han pasado de ser la gran esperanza de sus seguidores a poco menos que un incordio, lo cual prueba su fragilidad, pero también la de la propia política y no digamos la de sus partidos: el PSOE y el PSC. El joven presidente no es peor ahora que cuando llegó al poder, ni es tan ingenuo, y el president intelectual no tiene peor carácter que cuando era superalcalde, ni es más raro. Son las circunstancias las que condicionan sus audaces políticas.

Ambos presidentes conviven con unas latosas matemáticas parlamentarias, dependen de aliados que a su vez sufren tensiones internas y presiones insoportables, se enfrentan a oposiciones duras y se sienten amenazados por el todo vale que ensaya el PP, sin ofrecer más alternativa que el inmovilismo y el regreso de Aznar, sorprendentemente mitificado por el antes sensato Mariano Rajoy.

No es cierto que estos dos socialistas quieran destruir España, sino más bien todo lo contrario, pero si no toman medidas pronto corren el riesgo de ser unos light para los nacionalistas y unos traidores separatistas para la derecha, sin que los suyos sepan muy bien cómo reaccionar. La clave está, sin duda, en algunos errores cometidos, pero también en el anticatalanismo que persiste en una parte de España, alimentado por el PP y un sector del PSOE que tiene nombres y apellidos: José Bono, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Paco Vázquez. ZP y Maragall sólo saldrán adelante si son muy didácticos, toman decisiones acertadas y ejercen de presidentes.