Rato inquieta al PSOE

El PP de Mariano Rajoy se ha dejado llevar, durante la mayor parte de esta legislatura, por una estrategia políti
El PP de Mariano Rajoy se ha dejado llevar, durante la mayor parte de esta legislatura, por una estrategia política dura, más basada en desacreditar a su adversario que en presentar una alternativa mejor. Es fácil saber lo qué piensa el PP del Gobierno del PSOE pero ya cuesta más determinar cómo gobernaría Rajoy si estuviera en la Moncloa. Según estas ideas primarias del PP, el presidente Rodríguez Zapatero destruye España, derrocha su presupuesto y negocia con terroristas. Son mensajes todos ellos tan extremos que para mucha gente no son creíbles, de ahí que en el PP se vaya instalando la idea de crear mensajes propios en positivo, que no sólo sirvan para jalear a los convencidos.

Es en ese contexto en el que podría situarse el sutil papel que viene desempeñando Rodrigo Rato. Su credibilidad es muy superior a la de otros políticos de la era Aznar, quemados a raíz de la gestión de los atentados del 11-M pero que Rajoy ha mantenido hasta el final, seguramente con el fin de no incomodar a José María Aznar, que es quien le da cuerda y discurso al radical Ángel Acebes.

Rodrigo Rato tuvo siempre prestigio, dentro y fuera del PP, por lo que se ha convertido -antes y ahora- en el más deseado, salvo para Aznar, que prefirió a Rajoy como sucesor. Rechazado por el jefe de su partido, Rato encontró pronto un buen acomodo como director gerente del Fondo Monetario Internacional, con estatus de jefe de Estado. Pero poco tardó en cansarse de su vida en Washington y anunció su regreso a Madrid, sin que a día de hoy esté muy claro a qué se dedicará. Desde el PSOE aguardan que tome distancias de su cargo institucional antes de bajar a la arena política, pero en los últimos días Rato ya dio muestras de que puede tocarle la cara al Gobierno allí donde más puede dolerle. La cosa ha llegado al extremo que el bueno de Solbes, un político tranquilo y discreto, ha salido a la palestra para contrarrestarle. Está claro que Rato inquieta.