El perro embotellado

"El perro no es el mejor amigo del hombre. El mejor amigo del hombre es el güisqui. El güisqui es como un perr
"El perro no es el mejor amigo del hombre. El mejor amigo del hombre es el güisqui. El güisqui es como un perrito embotellado". La cita es del maestro Vinicius de Moraes, poeta y diplomático brasileño, padre de la bossa nova. Vinicius era tan íntimo de este licor que pedía las copas por su nombre de pila. "Dame un Johnny". "Ponme un Jack" (Johnny Walker, Jack Daniels...). Vinicius nunca llegó a presidente del Gobierno (y menos mal, porque así tuvo tiempo de crear algunas de las mejores canciones y letras de la Historia de la Música, con mayúsculas). Así que podía beber lo que le viniera en gana.

A otros se les supone otra responsabilidad.

Hay una especie de chiste popular que dice. Cuando Dios llamó a Gabino, no le dijo: "Gabino, ven", sino "ven, Gabino; ven-ga-vino" (la verdad, suena mejor pronunciado que escrito). De esa secta, de los del "venga vino", parece se el ex presidente del Gobierno José María Aznar. Particularmente, me da igual que Aznar se dé a la bebida. De hecho, y a juzgar por las políticas y por la actitud de sus últimos años de mandato, hay quien no descarta que su presunta afición a la botella (a su mujer no, a la otra, la de cristal) venga de lejos.

El caso es que, tras degustar nueve copitas de distintas variedades (tal vez alguna de ellas de Valdepeñas, de la que cariñosamente se dice "ciudad bravía, más de cien tabernas y una sola librería"), soltó un discursito, digamos, inapropiado. Este hombre, si fuere buen bebedor, debería saber que mezclar no sienta bien, y meter en el mismo saco la carretera y la apología del bebercio no es de recibo. Y no lo digo yo. Lo decía el bueno de Stevie Wonder. "Si bebes, no conduzcas".



Tal vez deberíamos ampliar el eslogan a otras actividades. A Aznar le hubiese venido bien un: "Si bebes, no gobiernes".

Pero en fin, decía un viejo aforismo latino: "In vino veritas". "En el vino está la verdad". Si hacemos caso a esta sentencia, tal vez la pasada semana hemos visto al verdadero Aznar. Ese gran estadista.