El Pastor presenta un rico pastel

El Banco Pastor afronta una atractiva ampliación de capital de hasta un 20%, en la que sus accionistas tendr&aacu
El Pastor presenta un rico pastel
El Banco Pastor afronta una atractiva ampliación de capital de hasta un 20%, en la que sus accionistas tendrán un derecho preferente para concurrir en la proporción de una acción nueva por cada cinco antiguas. Las nuevas acciones se emitirán con un valor nominal de un euro más una prima que se calculará a partir de un descuento no superior al 25% sobre su cotización en los últimos seis meses. Puede ser, por tanto, un rico pastel.

Veamos la situación de partida: el 45,6% del Pastor está en manos de la Fundación Pedro Barrié de la Maza, mientras que un 9,95% lo controla Corporación Caixa Galicia, y un 5,6% lo tiene el State Street Bank and Trust, una entidad de fideicomiso. El punto de llegada puede ser muy diferente, con más peso de los accionistas privados y menos control de la fundación en manos de la Condesa de Fenosa, Carmela Arias y Díaz de Rábago, que conservará en torno al 41% del capital.

Hay dos grandes escenarios en torno a esta operación. El primero es el que vende el propio banco a clientes y accionistas y el segundo --complementario-- es el que vislumbran algunos analistas. Según el banco, esta ampliación es necesaria para recuperar su coeficiente de solvencia, lastrado por los recursos propios destinados a su acelerada expansión territorial. Como ese coeficiente liga su pasivo con sus reservas, la ampliación le permitirá mejorar su solvencia, siempre y cuando la expansión dé buenos resultados. Esta hipótesis se puede creer o no, en función de la confianza que generen los gestores del banco, si bien en principio parece difícil que las cosas vayan a peor.

Analicemos la segunda hipótesis. Esta ampliación del Banco Pastor puede estar hecha a medida de algunos afortunados empresarios de Galicia, que manejan miles de millones en dinero contante y sonante, producto de la salida a bolsa o de la venta directa de sus empresas. No en vano en Galicia residen empresarios como Amancio Ortega, Rosalía Mera, Somoza, Ventura o Manolo Jove que manejan no menos de 50.000 millones de las antiguas pesetas per capita y que en un momento dado pueden tener interés en controlar un gran banco. Dinero para ello no es precisamente lo que les falta.

Pero ¿puede ser el Pastor un gran banco?. Sólo no, lanzando una opa sobre otro sí. Y hay uno que siempre puede estar a tiro, que es el Popular, donde los Valls controlan un porcentaje minoritario, aliados a una aseguradora extranjera, sin vocación de gestión. El Popular es un banco que Fulgencio García, hombre fuerte del Pastor, se conoce como la palma de su mano y en el que acaba de llegar un gallego de Santiago a la cúpula. A las ganas de Fulgencio por volver a casa por la puerta grande, tras haber salido de allí por la de atrás, puede sumarse el interés de ciertos empresarios por jugar a financieros de verdad. Pero para eso antes han de diluir la participación de la condesa y apoyarse en un financiero de la talla de José Luis Méndez, que por si acaso ya tiene algo más que un pie metido en el Banco Pastor.